SinopsisGregorio es la antítesis del Grey de 50 sombras de Grey que a tantas nos ha hecho suspirar.
Gregorio no es apuesto, ni rico, ni misterioso. Tampoco tiene un lado oscuro excitante. No toca el piano, no regala coches y no nos ofrece experiencias inolvidables.
¿Quién es exactamente Gregorio? Es el hombre que duerme a tu lado. El que ronca en la cama, se pasea por casa enfundado en una camiseta vieja y es un negado para detectar nuestras preocupaciones o para satisfacer nuestros deseos más íntimos. Gregorio es nuestro compañero-marido-amante, el alegre hombre corriente, plagado de defectos con el que nos encontramos cara a cara cuando dejamos de soñar con Grey. Imperfecto hasta decir basta, pero él tiene algo que nunca tendrá Grey: nos hace reír, nos divierte.
50 razones por las que elegir a un hombre corriente por encima del apuesto Grey.
AutorRossella Calabrò es guionista, escritora y blogger. Vive y trabaja en Milán. Escribió Cincuenta sombras de Gregorio tras haber leído la trilogía Cincuenta sombras de Grey para escribir una reseña.
ArgumentoLa autora, con las 50 sombras que tiene Grey, compara al "héroe" literario con los hombres de carne y hueso con los que vivimos.
- En este pequeño manual de contrainformación afectivo-erótica, repasaremos todos y cada uno de los cincuenta matices con el fin de recordar cómo son realmente las cosas aquí, en la vida real. No para dejar de soñar, que quede claro, sino para empezar a sonreír ante nuestros sueños, lo que hará que tal vez se vuelvan menos grises e, incluso, más coloridos.
Opinión personalEste libro tiene poco que comentar, salvo que es tal cuál la vida misma y que pasas con su lectura una hora riéndote sin parar (eso yo, que no me he leído la famosa trilogía; quién lo haya hecho y haya terminado decepcionado, presiento que lo pasará aún mejor).
Estructurado en cincuenta capítulos, que se corresponden con las cincuenta sombra que tiene Grey, la autora desmitifica al mister para que nos quedemos con el hombre, que no es hipermegasúperosea, ni multimillonario, ni guapo de quitar el hipo, pero es natural, auténtico y humano (¿cómo es posible que no se le arrugue una camisa de lino, cuándo es uno de los textiles que más lo hacen? ¿Nunca tiene sueño, que se pasa la noche contemplando a su amor?; todo esto queda muy bien para una historia de ficción, pero no es verosímil en la vida real).Como dice el MAESTRO, mi crimen fui vestir, de azul al príncipe gris. Todas hemos soñado con príncipes azules que tiñan nuestra vida de morado (en mi caso, en el de otras será rosa).Pero los tíos de "torso desnudo" como decía mi hermana cuando me veía con una novela romántica, solamente existen en los cuentos. Como los que sale en los anuncios de la tele, que estoy convencida de que los desinflan cuando se termina el spot y los meten en una maleta para el próximo, porque yo no me los encuentro por la calle (¿vosotras sí?).No entiendo que muchas mujeres se hayan planteado que su vida en pareja es un desastre porque la persona con la que la comparten no es igual que Grey. Aún menos que haya habido, por los menos que yo sepa, un caso de una demanda de divorcio basándose en que su marido no la trata como el del libro.¿Nos hemos vuelto todos locos o qué? Los libros son para evadirnos, pero de ahí a confundir la realidad con la ficción va un trecho. Quién se haya dado cuenta por la obra de E.L. James que su vida no es como la que desea, es que tiene un grave problema, pero no por culpa de esta historia, porque estaba oculto y no lo había querido asumir, o bien porque lo traía de serie.
Además, como dice Carmen, mi cuñada, ¿qué pareja arregla todos sus problemas follando? Ninguna. Porque es solamente una manera de aparcarlos.La autora desmonta el mito de Grey y nos hace pasar un rato estupendo, además de ponernos los pies en la tierra y demostrarnos que el AUTÉNTICO PRÍNCIPE AZUL es el que duerme a nuestro lado, con sus virtudes y defectos, el que nos sorprende algunas veces y nos desquicia en otras ocasiones, pero el que nos hace soñar cada día si realmente sabemos soñar bien.En mi caso no se llama Gregorio, se llama eliott, y no lo cambio por yates, aviones privados, personal shooper ni nada similar. Prefiero que me traiga bombones, como ayer, sin ser una fecha especial, y que me siga cuidando como lo hace.Desde aquí rompo una lanza por ¡¡¡TODOS LOS GREGORIOS DEL MUNDO!!!.
Valoración: 8,5
Leído el 10 de Febrero de 2.013