Revista Literatura
Cindy, Myriam Brollo, martes 14 a 16 hs
Publicado el 10 septiembre 2012 por AdriagreloCinthia o Cindy, me dicen mi mamá y mi papá. Tengo 5 años. Y parece según ellos y los parientes que soy excepcional. Voy al Jardín. La seño no me creetan excepcional, pero lo que diga la familia me basta. Ser “excepcional “ quiere decir que entiendo los juegos electrónicos y manejo la compu. Lo que noentiendo mucho es a los grandes. Dicen cosas que no comprendo. Ejemplo:el día que me metí con zapatos en la fuente del patio del consorcio. Todosme miraban como algo raro. Luego de llamarme, mi mamá me habló MUY seria.Dijo que estaba “desilusionada”, así que supuse que era una palabra que significa alguna enfermedad en la gente grande. Pobre mi mamá. Y debe ser contagiosoporque mi papá dijo lo mismo de él. La que debió enfermarse hubiera sido yo,con frío y los pies helados. Pero a mí no me pasó nada y a los zapatos tampoco.Cuando vienen los abuelos, que son viejísimos, no les obedezco, los enfren-to. Ellos mueven la cabeza, miran para otro lado, me compran un chupetín y seacabó. No se enferman de aquella palabra, me parece que de eso ya no se enfer-man. Pero yo soy una nena del futuro, porque soy excepcional. Otro día te cuentootra.
Te cuento ésta: tuvimos un nenito en casa, un hermanito, llamado Felipe. Es muy bueno. No me creen cuando les digo, que si llora no es porque le metí el dedo en el ojo, Brilla tanto como los de las muñecas. Tengo muchas muñecas. Todo es rosa a mi alrededor. En realidad, no saben, papá y mamá , donde poner tanto rosado, porque a los nenes varoncitos no les va el color, dicen. A Felipe le hablo mucho, le presento al oso, al perrito y claro a las muñecas, todas. Se los dejo al lado en el moisés y ahí empiezan los rezongos de mamá. Ella lava todo, todo hasta al bebé, todas las noches. Tan chiquito ¿para qué? Si ni se arrastra por el piso como yo, ni juega con otras chicos con tos, como hago yo, ni come porquerías, como yo. Ese nunca se va a enfermar de nada, como me pasa a mí. Te digo que hasta me gusta enfermarme (o hacerme la enferma). Así están repreocupados por mí y me atienden diferente. Aunque me parece que llamar al doctor, ir a la farmacia de noche, hacerme tragar jarabes asquerosos y que, claro lloro como una marrana, los pone serios otra vez. Y entonces es que me prometen de todo para que trague. ¿ Entendés porque me gusta enfermarme?
Hoy me llevaron de paseo a ver el Congreso. Era un castillo muy hermoso. Estaba todo cerrado. Deben haber estado durmiendo adentro las Princesas. Me dio impresión esos señores y grandes palomas, y hasta angelitos, que los habían congelado. Y puestos en lugares altos, de adorno. ¡Pobres! Y hasta le ponen el nombre abajo, en una chapita, para que no los busquen más. Están ahí: congelados. Mi tía Gabi me dijo que no “estaban” sino que los “hacían”. No entendí la diferencia ni la explicación. Hacía frío igual.