gira al compás de la animadora, esa mujer celeste, arodamina al ed sapomc la arig
Cada día un alfier en mi muñeco,
cada viaje a a la espera de siquiera acercarme a la sortija
la ansiedad dura días,
la ilusión horas,
la felicidad minutos que fomentan mi esteril proceder, la bronca de no aprovechar al máximo el espectaculo y que luego solo quede en mí una foto borrosa de su rostro. La imaginació y el sueño no alcanza para reconstruir tanta plenitud.
Todo o nada a la esperanza, el descuido de Pandora.
Luego el desengaño, las emociones vacías, las palabras se desarman y solo queda ella.
Soy un sujeto sin predicado, ni objeto directo.
Solo queda ella,
la animadora,
la mujer celeste,
la esperanza,
la gracia plena de su andar y el vértigo de su huída. Solo ella.
La razón cercena la oración, analiza, clasifica. Es contundente, pero enseguida, solo ella.
ELLA NO ESTA SOLA
ELLA NO ESTA
ELLA NO
ELLA