Gracias, robot.
Sus setenta kilogramos de metal y fibra de carbono fueron puestos en un un monorriel con destino a Alaska. Trabajamos juntos en la mina hasta el día en que sufrí el accidente. Lideró la huelga y exigió ser desmantelado para que con sus piezas me fabricaran un exoesqueleto.
Gracias, robot.
Gracias, robot.