Estamos civilizando a B, y eso implica un montón de restricciones. Aquí la lista:
- Entrar a la cocina.
- Entrar al estudio.
- Entrar a la recámara sola.
- Entrar al baño sola.
- Comer lo que no es comida.
- Tirar la comida fuera de la charola.
- Manotear a las personas (incluida ella misma).
- Morder a las personas.
- Impulsarse hacia atrás en la sillita para comer.
- Pegarse en la cabeza.
- Huir del cambio de pañal.
- Bajar las manos al "área de cambio de pañal".
- Ponerse de pie en la bañera.
- Jalar cables.
A eso hay que agregar que la hora de dormir se instala aunque ella tenga ganas de fiesta, que papá come delante de ella cosas que ella no puede comer, que hay que esperar a mamá muchísimas veces durante lo que parece una eternidad, etc., etc.
¿Cómo se puede dudar de la necesidad de ser gentiles con alguien que pasa por semejante proceso?
Silvia Parque