Revista Talentos
Descubierto por las cámaras de unos grandes almacenes, la policía registró la casa de aquel intelectual entradito en años. Encontraron un aspirador de nubes, un pelador de sueños, cuatro herraduras de unicornio y otros tantos chismes inútiles. No hallaron, sin embargo, ni rastro del corazón robado a la joven dependienta.