La insulina es una hormona anabolizante que actúa en el metabolismo de todos los nutrientes energéticos, no solo de los hidratos de carbono. Favorece la incorporación de la glucosa sanguínea a las diferentes células insulinosensibles del organismo, dónde actúa como combustible para el organismo. Gracias a ella la glucosa no utilizada se almacena en forma de glucógeno en el hígado y músculo, y la que se encuentra en exceso se transforma en grasa.
Existen varios tipos de diabetes: la insulinodependiente o diabetes tipo 1, la no insulinodependiente o diabetes tipo 2, la gestacional y la secundaria o asociada. La primera es típica en los jóvenes y requiere de inyecciones de insulina, la segunda aparece en la edad adulta y está asociada en la mayoría de casos a sedentarismo y obesidad (generalmente se trata con dieta, ejercicio y antidiabéticos orales), la tercera es temporal y aparece durante el embarazo y la última aparece como consecuencia de otra enfermedad o tratamiento farmacológico.
Los objetivos de la dieta en el diabético son mantener un óptimo estado nutricional y un peso saludable (la obesidad aumenta la resistencia a la insulina y aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, entre otras), además de regular los niveles sanguíneos de glucosa, lípidos y tensión arterial.
Para ello se debe fragmentar las calorías diarias en 6 tomas para una buena distribución de los hidratos de carbono (desayuno, media mañana, almuerzo, merienda, cena y un suplemento antes de ir a dormir), sin saltarse ninguna comida e intentar no alterar de forma considerable los horarios de las comidas.
El diabético debe seguir una alimentación adaptada a sus necesidades, tanto energéticas como de vitaminas y minerales. La repartición de calorías durante el día debe seguir el siguiente patrón: 50%-60% de hidratos de carbono (con restricción de azúcares sencillos), 25%-30% de grasas (reduciendo las grasas saturadas y sustituyéndolas por las insaturadas) y 15%-20% de proteínas (siendo el 50% de procedencia vegetal y evitando los alimentos proteicos grasos).
Se deben excluir de la dieta los alimentos que tienden a elevar los niveles de glucemia como el azúcar de mesa, miel, caramelos, leche condensada, mermeladas, pasteles, productos de bollería, bebidas azucaradas, cacao y sus derivados, productos pre-cocinados y helados.
Recomendaciones dietéticas:
- Asegurar un aporte óptimo de fibra dietética, ya que retrasa la absorción de los azúcares y regula los niveles sanguíneos de colesterol.
- Evitar el consumo de bebidas alcohólicas, estas pueden provocar hipoglucemia (disminución de los niveles de glucosa en sangre).
- Beber suficiente agua, sobretodo en caso de poliuria (manifestación clínica de la diabetes).
- Leer el etiquetado de los productos alimenticios para diabéticos, contienen fructosa y su consumo no debe ser indiscriminado.
Ejemplo simplificado de dieta de 2000 kcal (aproximadamente):
• Desayuno: un vaso de leche, 40 gramos de pan con aceite de oliva (10 gramos) y 200 gramos de albaricoque.
• Media mañana: 40 gramos de pan con jamón cocido (60 gramos).
• Almuerzo: judía verde (200 gramos) con patata (300 gramos), 100 gramos bistec de ternera, 140 gramos de manzana y aceite para cocinar (20 gramos).
• Merienda: un vaso de leche y 15 gramos de galleta maría.
• Cena: pasta (75 gramos), 135 gramos de merluza a la plancha, 200 gramos de pimientos salteados, una rodaja de pan, 140 gramos de piña y aceite para cocinar (10 gramos).
• Suplemento antes de irse a dormir: un vaso de leche.
Marta González Caballero