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Coaching: la ocupación extraescolar del futuro
Publicado el 17 junio 2013 por IriszComo padres, queremos lo mejor para nuestros hijos, sin embargo, casi todos nosotros, transmitimos algún mensaje equivocado o hasta perjudicial de manera inconsciente, mensajes, que asimilamos a la niñez y que enseñamos sin darnos cuenta ni siquiera, que les damos como ejemplo. Evitarlo del todo es imposible, visto que somos humanos y como tales, imperfectos y lo máximo que podemos lograr es reducir la cantidad de nuestros patrones de comportamiento negativo y -para compensar todo aquello, de lo que no queremos ser modelos, pero se escapa de nuestro control-, apuntar los niños al coaching.
Sería estupendo, poder extender los límites actuales del coaching e introducirlo en la educación instuticional y estoy convencida de que esto de una forma u otra algún día ocurrirá, pero mientras tanto,¿por qué no ocuparnos nosotros mismos como padres responsables de que nuestros hijos puedan experimentar un gran bienestar en su vida? Si de todos modos, pagamos por alguna ocupación extraescolar para desarrollar su potencial solamente en una área, por qué no pagar por algo, que les beneficiará en todos los campos de su vida?
Además, gracias al apoyo del coach, lograrán diseñar sus propias estrategias y caminos para alcanzar sus objetivos a través de un conocimiento de sus capacidades y desarrollar mecanismos de retroalimentación eficientes para efectuar luego, por sí mismos, las mejoras necesarias en su futuro. Lo que significa, que llegarán a un punto, en el que no necesitarán más a un coach externo, porque ya habrán desarrollado su propio coach interno para toda su vida.
Por qué no hacemos entonces, que el coaching forme parte de sus vidas desde pequeños y permitimos, que a través de él, encuentren su propia voz, su propia opinión y sus propias metas antes que alguien lo haga por ellos?
Y si les gusta el fútbol, la natación, la música, el baile, el arte, o les importan mucho los estudios, etc., se pueden hacer las dos (o más cosas) simultáneamente, consiguiendo de esta manera resultados extraordinarios tanto en la escuela, como en otras áreas a las que se dedican en su tiempo libre.
Espero e imagino, que para cuando mi hija llegue a la edad escolar, diálogos entre ella y sus compañeros como por ejemplo:
„-¿Qué tienes esta tarde después de las clases?
-Tengo entrenamiento de futbol. Y tú?
-Yo, sesión de coaching.”
sean triviales.
Como coach, yo me comprometo a trabajar para que este tipo de conversaciones sean habituales para niños y padres por igual, porque esto significaría un futuro brillante para las nuevas generaciones, las cuales de este modo podrían crecer teniendo presente el éxito no como algo ocasional, o algo dependiente de factores externos y por consecuencia incontrolable, sino como parte natural de sus vidas.
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