Ni la
oscuridad mas oscura puede con mis sombras,
ni la luz
mas brillante con la tuya propia.
Somos dos
ecos llenos de silencio,
del
fresco de la libertad,
como dos
rincones muertos
que viven
al filo de la vida.
Dos
heridas mal cosidas,
dos
estruendo como de estampida
que
arrasan con la nada;
que no
nos alcanza
andar con
los pies descalzos.
Somos dos
sonidos mudos,
el grito
de los indios,
dos minas
sin estallar
o dos
orillas sin río.