El pueblo, Castrillo de los Polvazares, se encuentra a unos 5 kms de Astorga. Se trata de un pueblo muy pequeño pero precioso, con casas de piedra y suelos empedrados. Tiene unos cuantos locales, en los que, como no podía ser de otra manera, la especialidad es el Cocido, así que, después de recorrernos el pueblo ida y vuelta, nos adentramos en el Entrepiedras, invitados para visitarlo por dentro por ser una tradicional "Casona Maragata". Una vez dentro, como nos daba igual uno u otro, allí que nos quedamos.
De entrada, una ensalada de tomate para acompañar las carnes: morcillo de novilla, chorizo, gallina, pata y morro de cerdo, lacón, tocino y costilla adobada. Luego, unos garbanzos menuditos con sofrito de repollo, para terminar, la sopa y de postre, tradicionales natillas.
Nuestra sensación fue similar a la de la vez anterior: la carne uno poco insípida, los garbanzos muy buenos, de tipo pico pardal, pequeños, sofritos con pimentón y sin apenas acompañamiento, solo un poco de repollo (es un poco raro), y la sopa rica, rica, rica. De hecho, nos sacaron la sopera y repetimos.
Una vez pagada la cuenta que no llegó a 40 € (16,5€ cada cocido), la casa nos obsequió con un par de kilos de garbanzos. Por lo visto, tienen una promoción que si reservas, te regalan los garbanzos. Pese a que nosotros no teníamos reserva, como era un día entre semana y no había apenas gente, tuvieron el detalle de regalárnoslo a nosotros también.
Resumiendo: un pueblo precioso que merece la pena visitar y, ya que se para, hay que degustar.