Será que no guiño mis bueyes,
será que, a veces pares,
de uno en uno
mis súbitos caen a flor de mi piel.
Será que no ladro mi espuma.
Será que, a veces pájaros,
de una en una
cabalgan azules mis tres cáscaras iguales.
Será que saliva mi sed.
Será que mi pedrada
saca pecho de mi pecho
y, roto y manso, arrepiento mi daño
y después mendigo.
Será que no se enhebra mi línea,
será que no se curvan mis seres.
Será que soy una mala persona
mala.
Será que elijo
entre mis cuervos al que muerde,
entre mis deseos al pececillo,
entre mis sueños al alacrán que muere.
Será que amo.
Ilustración: Kathe Kollwitz, 1948