tal y como están las cosas, lo más prudente y positivo es remar todos en el mismo sentido. Creo que una persona como yo podría dedicarse sencillamente a poner palos en las ruedas, pero creo más sensato ayudar aportando lo único que tengo -de cuando en cuando, tampoco es que ande sobrada-: alguna idea. Así que, si a usted no le parece mal, quiero ofrecerle recomendaciones para que usted las inutilice, convenientemente, o se ría de mí, abiertamente.
Y me atrevo con la primera propuesta. Por lo que sé, habrá que cambiar la denominación de "matrimonio" para referirnos a la unión familiar -si se me permite- entre dos personas del mismo sexo. Yo creo que a usted, sinceramente, todo esto le da exactamente igual, pero no puede evitar la mochila con la que ha llegado a la Moncloa. Es lo que tienen los compromisos y las deudas: después hay que pagarlos. Así que, para salir del atolladero, pongo a su disposición las siguientes propuestas.
Primera. Unión de peras y peras, o de manzanas y manzanas. ¿Qué le parece? No se puede decir que sea mala. Además, así aprovecharemos las aportaciones de una dama tan respetada en el partido como la señora Aznar -o Botella, como mejor le plazca-. Ya me imagino a la autoridad civil comenzando el acto de unión: "Estamos aquí reunidos para sancionar esta unión de peras y peras, o manzanas y manzanas...". Hasta suena bien, ¿no? Y, además, para el verano irá la mar de bien -la fruta siempre refresca.
Segunda. Unión antinatural. Esta es un poco más agresiva, pero tiene la ventaja de contentar a muchas de las voces de su partido y a la Conferencia Episcopal. Además, los protagonistas del TDT Party se sentirán también muy satisfechos al ver recogida una de sus propuestas ideológicas -habrá que aprovecharlas, que tampoco es que vayan muy sobrados de ideas novedosas-. ¿Le gusta?
Tercera. Unión de homosexuales que no debería de ser, pero que no tenemos más narices que admitir de alguna manera. Ya, ya lo sé, es muy larga -la propuesta, me refiero-. Pero míresela bien -la propuesta, insisto-, es muy explícita y no deja lugar a dudas. Aquí no hay medias tintas. Claro que a usted le va más la indefinición y no aclarar gran cosa, por lo que creo que esta idea que le ofrezco no le hará mucha gracia. Vayamos a la última.
Cuarta. Unión de algo no matrimonial. Esta es posible que le encante por lo indefinido del "algo" y además queda claro que no es matrimonial ¿No era esta cuestión la primordial? Pues ale, ya tenemos una propuesta que seguramente le gustará más. Porque lo de Unión por amor sin discriminación de tendencia sexual, suena demasiado largo también y sería contradictoria: llamaríamos diferente a una cosa -matrimonio- diciendo que no queremos discriminar. Imposible, ésa no va a colar. Quédese con alguna de las cuatro anteriores.El Asombrado Mirón, una visión sobre la actualidad política y social, una manera crítica de interpretar la realidad.