Siendo muy jovencita, ejem, un poco más que ahora, me hice ilusiones de acabar una colcha de ganchillo antes de casarme, también pensaba acabar la carrera, pero no pudo ser ni una cosa ni la otra, al suspender mi proyecto final de carrera, la cual es de las cosas que más me avergüenza, me compré mi primer ordenador, un pentium II, empecé a trabajar, me casé, me fui a vivir a la conchinchina, busqué otra empresa donde terminar la carrera de una vez y así, al trabajar más horas que una burra, abandoné el ganchillo y todas las manualidades que tanto me gustaban. (ganchillaba sobre todo en el tren de camino a la facultad, allí usaba los ordenadores del centro, pero me daban más problemas que beneficio)
El otro día mi madre me preguntó porque no acababa la colcha, ahora que parece que tengo tiempo. Me dice que con una aplicación al mes sería suficiente, así que esta semana he pensado que ya era hora de ponerme.
Lo primero será mirar de sacar el número de cadenetas que iban en cada vuelta, e intentar hacer una aplicación, a ver si el punto no me varía demasiado, que es probable que me quede enorme o me quede muy apretada y, después de hacer las 5 que le quedan a la fila que está a medias, ver si me llega para las 11 siguientes.
El detalle de la aplicación.
Poco a poco iré anotando los avances, para así obligarme a hacer algo, que yo a la que pasa una mosca me despisto… y tengo un millón de materiales en casa para despistarme, así que pensaba en asignarle un horario, veremos en que queda.