Colibrí ahora es la Reina de otro hogar

Publicado el 07 febrero 2011 por Bloggermam

Últimamente mis entradas tienen cierto toque perruno. Quizás se deba a que paso mucho tiempo con mis chihuahuas, simplemente que los perros me gustan o la experiencia de rescatar a Colibrí de la calle. Ya que conté el desconcertante rescate de la perrita, me veo en la obligación de contar cómo le ha cambiado la vida para bien suyo y desconsuelo nuestro. Dicho lo cual, procedo.
Colibrí se ha adueñado de nuestras vidas rápidamente. Ya era el foco de atención de mucha gente mientras estuvo abandonada a su suerte durante meses, de hecho mi mujer se ofreció a sacarla de la calle para que se pudiera hacer cargo de ella otra persona, pero cuando por fin pudimos tenerla en casa la alegría fue enorme e hicimos todo lo posible para que Colibrí se quedara con nosotros, en lugar de con otra de las personas que estaban interesadas en adoptarla.
Enseguida fuimos de sorpresa en sorpresa. Colibrí demostró ser una perrita muy cariñosa, agradecida y muy limpia. Lo cual, unido a sus intentos constantes de acercamiento a hombres mayores cuando estuvo abandonada en la calle, nos hizo sospechar que vivió con un anciano hasta que éste falleció o dejó de valerse por si mismo y que la familia la echó a la calle.
Nos encantó lo rápido que tomó posesión de su nueva casa, habituándose a los horarios, comenzando a jugar conmigo y durmiendo con placidez. Sin embargo nos empezó a preocupar cómo tomó posesión de mi mujer; de una forma enfermiza hasta el punto de volverse loca cuando ella no estaba en la misma habitación. No importaba que estuviera acostada a mi lado tranquilamente en el sofá. En el momento que Colibrí se daba cuenta de que faltaba su adorada "mami", comenzaba a aullar y arañar sin parar la puerta, llegando a sufrir ataques de ansiedad que cesaban cuando volvía a los brazos de mi mujer.
Pensamos que con el tiempo este comportamiento iría disminuyendo, pero lejos de hacerlo se acentuó todavía más; hasta el punto de morder a una amiga que estaba de visita, o enzarzarse en continuas peleas con Kira.
Pasamos muchas dudas sopesando la idea de probar si Colibrí estaría mejor con la mujer que quería adoptarla en primera instancia. Por un lado no tendría que competir con ninguna hembra, estaría acompañada de otro perrito parecido a ella y además al estar con esta encantadora mujer rompería de alguna forma con su vida callejera y con su rescatadora, por la que mostraba constante adoración, posesión y dependencia.
Tomar la decisión nos costó muchas lágrimas, muchas horas de reflexión, de cambios de opinión, de lucha interna. Finalmente decidimos que lo importante es que Colibrí dejara de pasar esos malos ratos y que había que probar si el alejamiento de mi mujer bajaría su estado de ansiedad.
Ahora Colibrí vive en una casa con jardín y solarium, del que disfruta con pasión; mimada por ésta magnífica señora que hasta le ha cedido un hueco en su propia cama para dormir. Sus niveles de ansiedad han disminuido, está mucho más tranquila; y eso nos reconforta entre lágrimas. La echamos mucho de menos. Yo todavía albergaba la esperanza de que regresara, y me ha costado aceptar que ha encontrado un hogar mejor para ella.
Hemos tardado unos días en volver a verla para evitarla confusión. La hemos visto mucho más tranquila, nos ha reconocido y al instante estaba otra vez en brazos de mi mujer. Cuesta separarse de esos ojos.
Ahora Colibrí, es Reina en otra casa y dueña de nuestros corazones para siempre.