Revista Literatura

Comenzamos

Publicado el 11 enero 2012 por Salvaguti

Hasido ésta la primera vez, en todos los años que llevo tatuando de palabras estavista aérea, que me he tomado un descanso, fiel y cumplidor como un relojsuizo, semana tras semana. Descanso obligado por los festivos de esta Navidad,no ha sido por decisión propia, debo de reconocerles que no me ha sentado bien,que me he acordado más que mucho de mi periódico, de los lectores, de cuadrarpalabras, de dejarme sentir, mucho o poco, pero dejarme sentir. No vuelvo conlas pilas cargadas porque nunca he dejado que se me vacíen, prefiero laelectricidad a la pausa y el nervio al recuerdo. Siempre ansioso y con los ojosbien abiertos. Comenzamos un nuevo año, capicúa y bisiesto, con el susto aún enel cuerpo, la sierra mecánica tiene repleto de carburante el depósito y amenazacon dejarnos tiritando, con el frío que ya estamos pasando; menuda guasa. Esosí, el motivo, las excusas y las justificaciones han variado radicalmente.Hasta hace sólo dos meses las cosas se hacían por improvisación, porincapacidad o por simplemente fastidiar al personal y ahora se hacen por salvara España. Recuperemos a los grandes autores del 98 y coloreemos la trágicasepia del XIX. Por esa supuesta salvación nos vamos a entregar con las manosatadas al degolladero, porque además han conseguido instaurar entre todosnosotros que todo lo que se haga, todo lo que se corte –con o sin anestesia-,es poco, que es necesario más, mucho más que cortar y extirpar, aunquerenunciemos a lo que tanto nos ha costado construir; qué más da. Comotodos los años por estas fechas, prosigo con mi obsesión/pasión por curiosearen los contenedores de basura los embalajes de los regalos que nos han dejadolos Reyes Magos. Y sí, siguen siendo sus majestades de Oriente los que colmannuestros deseos, y no su yerno, tal como se afirmaba en esa broma que circulapor la Red a toda velocidad. Dicen que el regalo estrella han sido lastabletas, que ya no son de chocolate –qué buenas enterradas en una vienablanquita, sano adelanto al bollycaoactual-, no, ahora son táctiles, porque en verdad se tratan de pequeñosordenadores sin teclado. Y la gente las lleva encima a modo de mariconera informática, y es que lostiempos cambian, o tal vez seamos nosotros los que cambiamos. Más tonterías que un mueble bar, leescuché a un mayor mientras contemplaba a su nieto tuiteando en su tableta de estreno. Ahora que hablamos de Twitter,menudo palo le ha pegado, con la inestimable colaboración del guasá –o como se llame-, a lasoperadoras de telefonía móvil. Puedo contar con los dedos de una mano los sms que he recibido estas finiquitadasnavidades, que la crisis achucha y cualquier ayuda se agradece. Como les decía,los tiempos cambian, y como dijo la vicepresidenta –antes o después que su enlacado flequillo simpsoniano-, esto esel inicio del inicio. No quiero niimaginar cómo puede llegar a ser el principio del fin, si es el que el fincuenta con un principio. Fin es el que quieren escribir en la historia dellibro papel, porque otro aparatejoque los Reyes Magos han repartido con desenfreno han sido los denominadoslibros electrónicos. Y como en nuestros mp3, o en nuestros discos duros,necesitamos que haya dos mil libros, ocho mil canciones, mil películas, aunqueluego no tengamos tiempo para leerlos, escucharlas o verlas, que más da, loimportante es acumular y, sobre todo, contarlo. Síndrome de Diógenes contabilizadoen megabytes. Propósitode enmienda o promesas a cumplir/incumplir a lo largo del año. Aunque parapromesas incumplidas ya tenemos más que buenos ejemplos, auténticos campeones,en los últimos días. Pues eso, comenzamos este 2012, que debe ser, al menos enAndalucía, un año con un marcado acento gaditano, que celebramos la Pepa. Tampoco nos olvidemos de laselecciones autonómicas, que determinarán si nos adherimos al azul que invade elpaís o si seguimos siendo la Galiaespañola de izquierdas. Este bicentenario, las próximas elecciones, losrecortes habidos y los que vendrán, las cajas de los regalos en loscontenedores de basura, fabrican un cóctel tan extraño como sincero. Tiempos desabores agridulces, revueltos y encontrados. Frente a este paisaje, comenzamoseste nuevo año capicúa y bisiesto que, en gran medida, será como nosotrosdeseemos que sea. No pensemos que somos tan pequeñitos y débiles, cuandoqueremos, cuando lo deseamos con todas las fuerzas, podemos, claro que podemos.Así que, por lo menos, apúntese este propósito de enmienda: intentarlo.COMENZAMOS El Día de Córdoba

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