COMERSE EL MUNDO!!! (y II)

Publicado el 28 julio 2014 por Mbbp

Sigue…

La verdad es que confío en mi hija y en este mundo de hoy, el suyo, lleno de posibilidades y en el que, sin duda, me hubiera gustado nacer, a pesar de los pesares! Ella tiene un mundo plano y extenso, mitad real y mitad virtual, y que, tal como es, conquistará persona a persona, momento a momento, como yo mismo hice y hago, cada día. Podrá vivir donde le plazca y sacarse de encima esas rémoras y malos hábitos que este país tiene y nosotros los adultos arrastramos, lamentablemente. Podrá participar con sus decisiones del mundo que vive y cambiarlo, si le apetece! Podrá elejir si casarse o no, si tener hijos o no y cómo y dónde vivir y trabajar.

Aprenderá -espero- mucho más rápido que yo a valerse por sí misma, a vivir las cosas según las siente y a elejir qué quiere o no en su vida, a cada instante. Tendrá un padre y una madre a los que siempre acudir, si quiere y cuando lo desee. Conocerá el dolor y aprenderá a través del sufrimiento -el gran maestro de la vida-, a pesar de que a mí me duela verlo, respetando su vivencia. Descubrirá que una sonrisa abre puertas. Conocerá a muchas personas, pero algún día aprenderá que no todas merecen estar en su vida.

Y es que un hijo es el recordatorio mejorado de lo que tú un día viviste cuando eras niño y de que, a esa época y ahora, todo aún está por hacer, pues de ti depende. Nuestros hijos rememoran esa ilusión que tu tuviste ante la vida y que, lamentablemente, muchas veces se fue perdiendo por el camino. Porque querer a un hijo no es procuparte por él, sino reavivar esa esperanza que, en el fondo, todos tenemos. Ellos, nuestros hijos, representan este nuevo mundo que, queramos o no, todos compartimos hoy y hacemos paso a paso, cada día…

Mi hija no es quien yo hubiera querido llegar a ser algún día. Le doy el amor suficiente para que ella se sienta única e irrepetible en su propia vida y la haga a su medida. Para que se sienta fuerte, pero que aprenda de los embates de la vida, como yo aprendí y aún aprendo cada día. Y, como yo mismo, se coma el mundo cada día, haciéndolo más armonioso, más solidario y más justo cada nuevo día…