Revista Diario
En los tres días que estuve recluido, por puro placer, en el recóndito pueblo de “Lugar del Río”, estuve aplicando técnicas de supervivencia japonesas que aprendí en Okinawa. Una mañana, recién levantado, agarré la ropa más hortera que tenía a mano. Lo hice de forma inconsciente. Reconozco que tal combinación de colores puede ofender a cualquiera. Pido disculpas por la falta de buen gusto que, de otra forma, queda perfectamente justificado por mi levantar vespertino y torpe; el de un cosmopolita urbanizado en tierras desconocidas. No está de más añadir, que no me peiné en el enclaustramiento y con suerte, para los que convivieron conmigo, alcancé a darme una ducha. Tan sólo una.Sin más que decir, ahí queda eso.
Nota*: No dejéis de mirar la boca del burro. Considero que es lo mejor del video. ;)
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Israel Esteban