Revista Literatura

Cómo aprobé economía

Publicado el 20 noviembre 2010 por B
Socialismo: Tienes dos vacas. El Estado te obliga a darle una a tu vecino.
Comunismo: Tienes dos vacas. El Estado te quita una y te da algo de leche.
Fascismo: Tienes dos vacas. El Estado te quita una y te vende algo de leche.
Nazismo: Tienes dos vacas. El Estado te las quita y te dispara en la cabeza.
Burocracia: Tienes dos vacas. El Estado pierde una, ordeña la otra y luego tira la leche al suelo.
Capitalismo tradicional: Tienes dos vacas. Vendes una y te compras un toro. Haces más vacas. Vendes las vacas y ganas dinero.
Capitalismo moderno: Tienes dos vacas. Vendes tres de tus vacas a tu empresa que cotiza en bolsa mediante letras de crédito, abiertas por tu cuñado en el banco. Luego ejecutas un intercambio de participación de deuda con una oferta general asociada, con lo que ya tienes las cuatro vacas de vuelta, con exención de impuestos por cinco vacas. La leche que hacen tus seis vacas es transferida mediante intermediario a una empresa con sede en las Islas Caimán, que vuelven a vender el derecho de tus siete vacas a tu compañía. El informe anual afirma que tienes ocho vacas con opción a una más. Coges tus nueve vacas y las cortas en trocitos, para vender a la gente tus diez vacas troceadas. Curiosamente, durante todo el proceso, nadie parece darse cuenta de que sólo tienes dos vacas.
Economía japonesa: Tienes dos vacas. Las rediseñas a escala 1:10 para que te produzcan el doble de leche. Pero no te haces rico. Luego ruedas todo el proceso en dibujos animados y lo titulas Vakimon. Incomprensiblemente, te haces millonario.
Economía alemana: Tienes dos vacas. Mediante un proceso de reingeniería consigues que vivan cien años, coman una vez al mes y se ordeñen solas. Nadie cree que tenga ningún mérito.
Economía rusa: Tienes dos vacas. Cuentas y tienes cinco vacas. Vuelves a contar y te salen doscientas. Cuentas por última vez y sólo hay siete. Pasas de contar más vacas y abres otra botella de vodka.
Economía china: Tienes dos vacas. Tienes trescientos tíos ordeñándolas. Explicas al mundo tu increíble ratio de productividad lechera. Torturas a un periodista que se dispone a contar la verdad.
Economía iraquí: No tienes vacas. Nadie cree que no tengas vacas, te bombardean e invaden tu país. Sigues sin tener vacas.
Economía suiza: Hay quinientos millones de vacas. Tienen dueño, pero nadie sabe quién es.
Economía francesa: Tienes dos vacas. Te declaras en huelga, organizas una revuelta y cortas todas las carreteras del país, porque tú lo que quieres son tres vacas.
Economía neozelandesa: Tienes dos vacas. La de la derecha te parece cada día más atractiva.
Economía española: Tienes dos vacas. Ni puta idea de dónde están. Te importa un carajo. Te das cuenta de que es viernes y te vas a desayunar al bar que tiene el Marca.

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