Algunas veces, en un debate, nos vemos en una situación tal que nuestra posición es la de la minoría. Es decir que un gran porcentaje del público está manifiestamente de acuerdo con el punto de vista de nuestro contrincante.
Es aquí donde debemos echar mano de nuestras mejores estrategias retóricas para podernos defender y, de ser posible, convencer al público cambiando su perspectiva de la situación. He aquí algunas cosas a tomar en cuenta para salir airoso de la situación:
- De ser posible, evite el debate!; ciertamente, no se debe pelear una batalla en desventaja, si nuestra opinión es minoritaria y podemos evitar irnos a debate, debemos optar por ese camino, sobre todo si se sabe que entre el público la opinión es generalizada y fanática. No habrá manera de hacerlos cambiar de opinión, es mejor salvar el prestigio, y sobrevivir para pelear otro día. Esto sin embargo, no será posible en todos los casos (aunque si en la mayoría) porque nuestro contrincante sea muy inteligente, y trate de ridiculizarnos para mejorar su propia imagen.
- Nunca acepte que está en desventaja.
- Si se conoce que existe indecisión en el público esta debe ser explotada a como de lugar y sin vacilaciones, ya que esta es nuestra única esperanza de resultar ilesos en una situación desesperada.
- Si el público está muy firme en su convicción, debe desviarse la atención a un tema en el que el público no esté tan seguro, y luego señalar la relación (real o ficticia) que existe entre los dos asuntos.
- Si uno se enfrenta sólo a muchos contendientes, debe recordarse la frase 'divide y vencerás', de manera que debemos pedir a uno de los contendientes que conteste algún punto polémico del tema, de modo que nuestros contendientes tiendan a corregirse y combatir entre sí creando una sensación de desorganización e indecisión en el público. Muchas veces, lo mejor será lanzar una pregunta al aire, para que algún precipitado la conteste llevando así a sus 'amigos' a corregirlo y comenzar la disputa entre ellos.
- Cuando se encuentre un punto polémico, en el cual los contendientes o el público no tienen consenso, se debe insistir en él, de manera de mantener un encendido debate para dar la impresión de que no hay consenso en el tema en general.
- Cambiar de enfoque, de manera que la nueva perspectiva no le permita al publico llegar a una misma conclusión, de nuevo generando la idea de que no hay consenso en la opinión original.
- Calificar a la opinión generalizada de 'ilusión'.
- Acusar a la opinión generalizada de ser la opinión de la minoría, aduciendo que son sólo las personas presentes son quienes sostienen dicha opinión, el resto de la población está claro que sostienen la nuestra.
- Calificar a la opinión generalizada de opinión vulgar, por supuesto que los que si saben, los expertos en el tema, están de acuerdo con nuestra tésis.
- Hable de moral: Puede calificar a la opinión generalizada de inmoral, o envolver la propia con un aura de moralidad; no se preocupe por la 'verdadera moral' usted puede tomar cualquier cosa y hacerla pasar por moralmente adecuada ante el público sin que lo note, para eso se inventó esa palabra.
- Cambie la escala; para debilitar una sólida teoría física hable de la incertidumbre del conocimiento humano en general o de lo dudoso de ciertas observaciones muy particulares en estudios muy particulares dentro de dicha teoría.
- Hable de religión, por supuesto que su opinión (no importa cual sea) ha sido revelada por dios en el libro sagrado del público (no importa cual sea); y la tesis de su adversario es evidentemente un gravísimo pecado (y no, no importa cual sea).