Arte: Roberta Coni
Como una mañana soñada de domingo
Que siempre esperaste que llegara,
Sin tener más dudas ni excusas en tu haber,
Despegando de la almohada con la mente clara para ejecutar el sueño
Que viviste con los ojos entrecerrados bajo el cielo estrellado,
Y tu cuerpo naufragando sobre el colchón que cobija las cartas que no enviaste.
Como el sol que aguarda tibio tras las cortinas,
Iluminando lo que sería el posible recorrido de tu caricia sobre mi espalda,
Dibujando círculos y constelaciones, uniendo universos y trazando líneas
Que nacen en mis lunares y mueren en tus deseos.
Como una tarde de media estación en la que todo parece susurrar,
Las alas de los ángeles se abanican con lentitud,
Y la sensación térmica es igual a la tibieza del abrazo que sueño.
Como el capullo de una flor que se despereza bajo el rocío
Las piedras que bailan bajo el gorgoteo del agua del río,
O la espera al final del camino con la espalda hundida
El corazón apretujado, mordiendo el labio inferior,
Pensando en que no hay más nada…
Y de sopetón, el amor que te invita a recorrer unos pasos más
Pintando esa sonrisa bobalicona en tu rostro,
Mientras te imaginás enroscando un rulo mío en tu dedo.
Como nosotros dos, que nos esperamos uno al otro,
Viviendo domingos cubiertos de sueños y deseos que pedimos antes de dormir,
En el preciso instante en que las estrellas caen al borde de la cama.
Patricia Lohin