Cómo escribir un libro (Parte 3)

Publicado el 24 agosto 2015 por Cabaltc

Hace ya muchas semanas empecé con una serie de artículos sobre Cómo Escribir un Libro. Desde entonces, muchísimas cosas me han pasado que me urgen a completarlos. Si, como yo, habéis escrito un libro… ¡Enhorabuena! Pero todavía falta, por lo menos, la mitad del camino por recorrer…

¿Por qué? Porque, utilizando mis dos artículos como ejemplo, sólo os hablé del antes y del durante el proceso de escritura de un libro. En la primera parte escribí sobre la idea, la trama, la estructura, los personajes… mientras que en la segunda me centré en la planificación, la escritura en si y las revisiones.

¿Y qué es lo que falta?

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Después de Escribir un Libro

Como decía, si habéis llegado o pensáis llegar a este punto, os doy mi más sincera enhorabuena. El camino ha sido largo, muy largo. Ha tenido sus piedras (aquí podéis encontrar algunas de las mías), también ha tenido sus distracciones (nadie mejor que un escritor para conocer infinitas maneras de procastinar) y sus asaltos a mano armada (crisis de fe, falta de fuerza de voluntad, dudas,…).

Pero, en cualquier caso, ¡hemos llegado al final! No, espera, eso es lo que creemos todos. Sin embargo, escribir es sólo la mitad del proceso de escribir un libro.

Tal y como está ese libro a día de hoy sólo lo vas a leer tú, tu familia y quizás tus amigos. ¿Qué es lo que le falta todavía? Si, seguro que todos estáis pensando en una editorial. Sin embargo, teniendo o no teniendo a una editorial por detrás, los pasos que hay que dar para que un libro pueda ver la luz con unas mínimas posibilidades de éxito también los podemos dar nosotros.

Eso sí, los van a dar unos cuantos quebraderos de cabeza…

Os cuento brevemente mi experiencia, aunque en posteriores artículos me gustaría detallarla más.

La parte estética externa

Un libro tiene que ser atractivo. Eso es innegable a día de hoy. ¿Cuántos de vosotros elegís un libro por el título o la portada? ¿Y si no conocéis de nada al autor?

Hay tres ganchos clave en las tapas de un libro que pueden conseguir que un lector se sienta atraído o rechazado por nuestro libro.

La portada

Nadie negará que es lo primero que nos llama la atención de un libro, para bien o para mal. Ya sea hecha en casa, hecha por los diseñadores de una editorial o subcontratada a un particular, la portada tiene que ser atractiva y acorde con la idea del escritor. ¿Por qué digo esto último? Porque no sería la primera portada que promete algo que luego no ofrece dentro. Si, si es atractiva igual hemos ganado un cliente, pero si luego no se corresponde con el interior habremos perdido un lector.

El título

Muchos libros no están expuestos mucho tiempo con la portada visible (offline) o no se puede apreciar la portada (listados online). Así que en esos casos es el título que elijamos el que va a convertir a ese buscador de libros en uno de nuestros lectores. En mi caso (para un libro de relatos) su elección ha sido un proceso muy largo y tedioso lleno de docenas de docenas de listas de opciones.

Y el tercer gancho, mucho menos importante y que depende de una fase no tan estética, es el resumen. Sin embargo, creo sinceramente que si la portada y el título fallan… el resumen tiene muy pocas posibilidades de ser leído.

La parte estética interna

Si conseguimos (y seguro que lo haremos) que alguien decida leer nuestro libro, tiene que encontrarse con una lectura fácil y agradable en su interior.

En general, creo que todas (y son muchas) las acciones que se deben llevar a cabo con un texto terminado, con un primer manuscrito se pueden reducir en dos grandes bloques.

Estructura

El libro, la novela o la serie de relatos que vayáis a publicar tienen que tener un orden y una lógica natural. La secuencia de presentación de acciones, el hilo entre escenas y nuestra manera de exponer la trama juegan un papel muy importante en el resultado final. O, como es mi caso, el modo en que agrupemos nuestros relatos.

Este punto es bastante controvertido y es con el que más podréis jugar. El resultado final puede ser muy distinto si la secuencia de acciones está planteada de un modo u otro. Aunque, para ser sinceros, también es el que, una vez hayáis decidido que necesitáis modificarlo, más trabajo os va a dar.

Edición

Aquí me gustaría distinguir dos partes. La primera es una mera corrección del manuscrito. Aunque, donde digo mera, me refiero a varios tipos de correcciones que os explicaré más adelante. Basta con que nos quedemos con la idea de corregir los errores del texto.

Es algo que, o bien podemos ser capaces de hacer nosotros mismos, o bien podemos conseguir que alguien cercano a nosotros pueda hacer.

La segunda es la corrección para la que si o si vamos a necesitar ayuda. Toda obra necesita una corrección del estilo, de la trama y de la estructura. Es una corrección que, en casos concretos y con un nivel de exigencia no muy alto, podría hacerlo alguno de nuestros lectores beta, si es que están capacitados para hacerlo.

En cualquier caso, esta es la parte en la que, con mayor probabilidad, necesitaremos la ayuda de un profesional.

La parte comercial

Si lo que os he contado hasta ahora os ha puesto los pelos de punta (cosa que espero que no haya pasado), ahora voy a contaros la parte que realmente a mi me quita el hipo.

Tenemos un libro, lo hemos corregido, le hemos dado una lavada de cara. Es bueno, bonito y atractivo. Pero ahora viene lo difícil: tenemos que conseguir que la gente lo lea.

Publicación

Muchos pensaréis en ganar dinero en este punto. Tenéis razón, aunque existen muchas otras opciones de publicación para dar a conocer nuestro trabajo que no nos ofrecen remuneración pero si reconocimiento.

Tenéis la opción tradicional de una editorial, las nuevas opciones de auto-publicación vía Amazon (CreateSpace o Kindle) o cualquier otra plataforma.

Y también tenéis círculos de lectores/editores donde exponer vuestro trabajo, concursos, redes sociales… o, como llevo haciendo yo muchos meses, utilizando un blog.

Promoción

Ahora si que si, la guinda del pastel. La parte menos relacionada con la escritura y la que más importa a la hora de conseguir lectores. Señoras y señores, nunca nunca nunca hay que olvidarse de que tenemos que promocionar nuestros escritos.

Y nadie puede hacerlo mejor que nosotros mismos. Vale, si, la editorial Planeta puede hacerlo muy bien. Pero ni vosotros ni yo firmaremos con ellos (o si, quien sabe).

Así que, la última y más importante labor de un escritor, mal que nos pese, es darnos a conocer. Redes sociales, blogs, publicidad de pago, foros, repositorios, concursos, … Son muchas y muy diversas, pero hay que tenerlas en cuenta.

En resumidas cuentas

Escribir un libro es sólo el principio. Salvo que lo hayamos escrito para nosotros mismos, son muchas las cosas que deberemos hacer al terminar de escribir nuestro libro.

Después de escribir un libro tendremos que ejecutar las seis fases anteriores: título, portada, estructura, corrección, publicación y promoción. Sin ellas nuestro libro estará incompleto.

Escrito por David Olier para el blog El Rincón de Cabal


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