En un relato fantástico siempre tiene que haber una tarea
difícil que el o la protagonista deben realizar para salvar al
mundo de una gran catástrofe: la destrucción total, un
hechizo, el poder en manos de las fuerzas del mal...
Los objetos mágicos (una espada, un anillo, un bebedizo
poderoso, un amuleto, un espejo, un libro de conjuros)
son fundamentales en la historia. Los objetos son donados,
robados, buscados, y cambian de propietario a lo largo de
la narración. No acumules objetos: con uno o dos te basta.
Como en las novelas de aventuras, la acción es primordial.
El argumento, que siempre es una pieza importante en
todos los relatos, aquí pasa a ser fundamental. La sucesión
de acontecimientos, las aventuras encadenadas, los avances
y retrocesos de los personajes, son la clave de los relatos
fantásticos.
Los nombres, apodos y accidentes geográficos han de
tener un cierto sabor a leyenda, pero no trates de desfigurar
e lenguaje del narrador o de los personajes demasiado.
Usa, eso sí, la mayor cantidad de nombres concretos para
describir a los personajes y los utensilios que usan: pócimas,
dagas, arietes, aldabas, lanzas, calderos, capas, brazaletes,
carromatos, etc.
Para construir un cuento fantástico,
debes contar al menos con tres elementos:
I,° Un espacio imaginario y mítico,
anterior al descubrimiento de la pólvora,
como de edad antigua o medieval.
2° Magia (hadas, conjuros, elfos,
talismanes, brujas, dragones, magos,
encantamientos,.., pero no todo junto).
3,° Un (o una) guerrero protagonista,
' vulnerable y tal vez un poco bruto, pero
siempre honesto, que tiene que cumplir
una misión vital y muy peligrosa
allá donde otros fracasaron.