¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

Hoy en clase de apoyo, un alumno de nueve años que acude a sesiones para mejora de la atención y desarrollo del razonamiento, me ha dejado francamente sorprendida, sobre todo porque sé que sus respuestas siempre son sinceras, es un alumno trabajador que nunca "hace la gracia" en clase.
La tarea que estaba realizando involucraba habilidades de atención y razonamiento verbal, en principio no era curricular, se refería a emparejar palabras que tuvieran algún tipo de relación entre sí, pero algunos de los emparejamientos que el alumno ha realizado, denotaban que su nivel curricular no era el apropiado para cuarto de primaria:
Quijote.....Picasso (Mi pregunta: ¿Te suena Miguel de Cervantes? Su respuesta: Estuve dudando..Al final me decidí por "éste" .Nueva pregunta al respecto ¿Y, entonces,Picasso..¿con quien lo emparejamos? Respuesta: ¿Atleta?...). Los conceptos "embustero","labrador" y "eclipse", también se le resistían.
Tengo que decir que es un alumno que ha finalizado su curso escolar con notas por encima de la media, únicamente le recomendó su tutor seguir apoyo "porque se distrae bastante""parece que no entiende bien", pero haciendo hincapié en que sea algo "lúdico y bastante ligth, que está de vacaciones".
No es la primera vez que encontramos en nuestra labor un desfase importante entre el rendimiento del alumno en su centro escolar (medido a través de las notas), con lo que los padres nos cuentan
que notan en sus hijos, y, a su vez, con lo que nos transmiten que dicen de ellos sus profesores o les recomiendan en el colegio y lo que nosotros mismas contrastamos al evaluarle.
A veces me pregunto cómo hemos llegado hasta este punto de desidia educativa y cultural.Repaso los libros de mi infancia-adolescencia, a veces intento utilizar algunos, por ejemplo sin ir más lejos "Breve ortografía escolar", de Manuel Bustos, un clásico para los alumnos de mi generación. Imposible dictarle con éxito a un niño de 9 a 14 años actualmente lo siguiente:
"Debemos rehusar lisonjear las malas acciones" "En medio del jardín se recluyó un vencejo herido""El clavel se yergue airoso""El tigre se contrajo para saltar sobre el explorador"...
O podemos probar a preguntarle la diferencia entre "especie" y "especia".
Y otro día hablaremos de los problemas de Matemáticas (lo más difícil para mis alumnos suele ser responder a la pregunta ¿Qué te preguntan?) o de los "esquemas" de Conocimiento del Medio ("el aceite es una materia prima", ¿ah,si?,¿de dónde procede? "Viene del Carrefour"...lo dijo una alumna de cuarto de Primaria que ha aprobado con buenas notas todos sus cursos hasta ahora y juro que no me estaba tomando el pelo, lo decía de corazón).
Sinceramente, nuestra experiencia nos inclina a pensar que los alumnos aprenden muy superficialmente, entre otras cosas porque apenas leen y cuando lo hacen, no hay trabajo extenso ni intenso sobre la lectura; pasan por encima del curriculo escolar a toda velocidad; no se analizan a fondo sus necesidades individuales; y se relaja en exceso el tono ante cualquier dificultad, con el fin de "no etiquetar" o "no crear alarma". Se enseña a los alumnos obsesivamente a rendir en exámenes y pruebas diversas, se confunde el estimular la capacidad cognoscitiva de los alumnos con sobrecargarles de trabajos repetitivos y automáticos, para los que, en el mejor de los casos, sólo tienen que pensar una vez, y las demás repetir los mismo siempre.
Pienso que un aprendizaje significativo se consigue, entre otros aspectos, enfrentando al alumno con retos y actividades variadas que profundicen en los conocimientos previos del alumno y le preparen para ir ensamblando cada vez piezas más complejas en sus aptitudes. Algo así como enseñar a un niño a subir las escaleras.Sabemos que poner los dos pies en cada escalón es más fácil y seguro para él. Sin embargo, debe arriesgarse, y debemos enseñarle, cuanto antes, a poner un pie en un escalón y otro en el siguiente, por mucho que eso requiera un ejercicio notable de equilibrio para él.