
Si tienes tu propio blog entonces conoces la dificultad de tener un calendario más o menos fijo que requiere que escribas regularmente. Hay días que es más difícil que otros y parece que no salen las ideas. Miro la pantalla blanca y no sé a quién culpar: mi misma, el ordenador, la música del vecino, la lluvia, el perro que quiere salir… Y al ver que estoy desperdiciando tiempo con buscar razones por qué no puedo escribir me pongo todavía más nerviosa.
Conozco blogs que tienen un contenido espectacular, pero solo escriben de vez en cuando, sin calendario aparente. Muchos lectores no volverán pensando que el blog ha muerto mientras en realidad solo está durmiendo. Del otro lado también conozco la ansiedad de escribir sin inspiración por el simple hecho de que mañana toca otra entrada. Eso tampoco es ideal.
La solución para mi es muy simple: desvincular la generación de ideas del calendario de publicación. Porque no es necesario publicar tus entradas a la hora que has puesto el punto final. Por algo han inventado la opción de programar entradas para fechas concretas. Y tampoco es necesario que escribas una entrada cada vez que tengas una idea. Si anotas tus ideas, entonces las podrás rescatar más tarde.
Pero solo anotarlas no es suficiente. Necesitas un plan. Algo que junte esta parte creativa de tus ideas con aquella otra parte lógica y estratégica que se encarga de las planificaciones. Para ello utilizo los calendarios de Charley Gilkey de Productive Flourishing, con sus dos hojas: una para el contenido y la otra para las de fechas.
Planificar el contenido: reforzar la lógica de tus categorías
La primera hoja sirve para anotar ideas organizadas por temas, pero sin pensar todavía en una fecha. ¿Cuáles conversaciones quieres seguir este mes? ¿Cuáles de tus categorías necesitan más contenido? ¿Hay nuevas temáticas que quieras introducir? Organizar tus ideas en bloques de ideas facilitará la planificación. Verás exactamente como las entradas pueden crecer y desarrollarse y si tienes una idea compleja la puedes dividir en diferentes pasos. Si escribes solo el tema (“topic”) de la entrada o directamente el título (“title”) no es tan importante. Lo crucial es que tu sepas de que tratará.
Para cada entrada ahora puedes anotar cuando lo quieres publicar (“scheduled”). Por cierto, no es necesario que al principio del mes definas ya todo lo que quieras escribir. Deja algo de espacio para las ideas espontáneas que vendrán, pero intenta también colocar suficiente ideas para no agobiarte a la hora de sentarte a escribir.
¿Y cuando hayas escrito un post? Entonces le haces un check en el círculo en frente del post para satisfacer tu lado GTD.
Organizar el calendario: definir el hueco para publicar aquel post tan importante
La segunda página del calendario contiene simplemente las fechas del mes para que puedas asignar cada entrada a una fecha. Personalmente utilizo este calendario en un segundo paso, cuando ya sé más o menos los temas que trataré. Entonces es solo asignar más o menos las fechas y dejarlo colgado en mi mesa para saber dónde puedo adelantarme cuando tengo una media horita libre.
La combinación de estos dos calendarios me ha ayudado mucho para encontrar una mezcla entre espontaneidad y continuidad. Y vale la pena mencionar que este método también funciona con muchas otras tareas que requieren creatividad y regularidad.
¿Tienes algún truco para organizar las entradas de tu blog? Cuéntanoslo en los comentarios.
PS: El calendario para Diciembre 2010 en pdf (clic con el botón derecho y escoger “guardar como”).
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Foto: Fernando Messino / flickr
