Un tubérculo imprescindible
La patata es uno de los productos básicos de nuestra alimentación. Si queremos disponer de suficientes patatas para el consumo familiar, necesitaremos un huerto de entre 30 y 50 metros cuadrados, superficie que no todo horticultor tiene el placer de tener en casa.
Por tanto, si tenemos un huerto pequeño nos dedicaremos a sembrar patatas de forma testimonial. Hay que tener en cuenta que las patatas son originarias de zonas montañosas, por lo que es mejor sembrarlas en zonas de climas suaves, húmedos, y no demasiado cálidos.
Se pueden realizar varias siembras de patata a lo largo del año. Una en enero y febrero que se cosechará en junio, y otra en otoño, en el mes de septiembre para poder cosechar a finales de año. Si vivimos en una zona de clima muy frío la siembra se realizará una vez al año, a partir de abril, par así evitar las heladas.
Cómo plantarla
La patata es un cultivo algo complicado para las personas que se inician ahora en el huerto urbano, aún así, existe una técnica muy fácil que resulta eficaz y todo el mundo que esté interesado en tener patata en el huerto la puede realizar:
- Primero se escogen las patatas y se parten en varios trozos. Cada uno de los trozos deberá tener varias yemas germinadas.
- Se clavan los trozos en la tierra, no demasiado profundos (30 centímetros entre trozos)
- Se pone una capa encima de 2 centímetros de compost, con una línea de goteo.
- Se pone una capa de unos 5 centímetros de paja sobre el compost y el goteo.
- Los brotes atravesarán el acolchado y las patatas crecerán a ras de tierra.
- Vigilaremos periódicamente de posibles ataques del escarabajo de la patata o mildiu.
- Después de la floración, cuando algunas hojas empiecen a secarse, ya podemos quitar el empajado y podremos desenterrar las patatas.