Realizar ejercicio físico, no fumar, llevar una dieta sana y controlar la presión arterial son algunas recomendaciones para reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer
El Alzheimer es una emergencia global. En la actualidad, alrededor de 33,9 millones de personas la padecen, pero los expertos vaticinan que dentro de 40 años, su incidencia podría triplicarse debido a que un 35% de la población será mayor de 60 años. Además, la tasa de fallecimientos por la enfermedad se incrementa. Su desarrollo está condicionado por factores genéticos y por la edad, pero también por otros motivos que podrían evitarse con un estilo de vida saludable.La mitad de los casos de Alzheimer en todo el mundo están asociados directamente a alguno de estos siete factores, en orden descendente de importancia: un bajo nivel de educación, tabaquismo, inactividad física, depresión, hipertensión, diabetes y obesidad en la mediana edad. La reducción tan solo en un 25% de la incidencia de estos factores bastaría para prevenir tres millones de casos. Así concluye un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California (EE.UU.), publicado en la revista "The Lancet Neurology", y presentado en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer que se ha celebrado en París. A pesar de que a estos factores de riesgo, muchos de ellos modificables, deben añadirse aspectos genéticos y la edad, y no son la cura para la enfermedad, sí que es cierto que hasta ahora no se había señalado hasta qué punto una persona puede reducir el riesgo de sufrirla si evita alguno de ellos. Los investigadores, que insisten en los efectos "potenciales" de llevar un estilo de vida saludable, insisten en que son necesarios estudios más amplios al respecto.
Cambios cerebrales
Otro trabajo reciente aporta las posibles claves a este hallazgo: la obesidad, el tabaquismo, la diabetes o la hipertensión producen ciertos cambios en el cerebro que conducen a la demencia, cuya expresión más común es el Alzheimer (se calcula que en el mundo hay cerca de 24 millones de afectados de demencia). La investigación se ha publicado en la revista "Neurology" y ha sido realizada por investigadores también de la Universidad de California.Cambios en los hábitos de vida a partir de los 40 o 50 años pueden ayudar a reducir el riesgo de padecer demencia años más tardeSeguir hábitos insanos de vida daña los vasos sanguíneos y provoca enfermedades vasculares que, más allá de causar infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares, también están muy relacionadas con el deterioro de las funciones cerebrales que llevan a la demencia. Los resultados muestran que, por un lado, la hipertensión en la edad adulta y el tabaquismo se asocian con una progresión acelerada del volumen de la sustancia blanca del cerebro y un empeoramiento de la función ejecutiva, es decir, de la capacidad para realizar actividades y operaciones mentales de forma eficaz. Por otro lado, la diabetes y también el tabaquismo se asocia con una aceleración de la atrofia del hipocampo, directamente relacionada con el Alzheimer. El sobrepeso, por último, parece estar asociado de forma estrecha con el volumen total del cerebro, como ya sugerían anteriores investigaciones. En general, los resultados muestran que llevar un estilo de vida poco sano deja, a la larga, una impronta que puede ser muy perjudicial. Cambios en los hábitos de vida a partir de los 40 o 50 años pueden, sin duda, ayudar a reducir, que no a eliminar, el riesgo de padecer demencia años más tarde.