Ahora bien, hace pocos meses me he convertido en padre, lo que sin duda exige de mí algunas cosas especiales, entre ellas, educar a mi hija con la posibilidad de SER MÁS de lo que la cultura occidental Colombiana, generalmente, permite. He aquí que dedicaré mis palabras a ella de suerte que pueda servirse algún día de la DUDA, para salir de dónde la cultura y la educación la dejarán. La libertad empieza por uno mismo, por saber porqué creemos lo que creemos, y tomar decisiones al respecto.
El Ser Humano es Ateo por Naturaleza:
Esta frase me gusta porque es el tipo de frases que se emiten sentenciosamente, y con el fin de proponer un Áxioma, de modo que, yo propongo este Axioma, aunque mejor lo llamaré PRINCIPIO, los axiomas no requieren ser probados o argumentados, el mío sí. No dejaré nada al Azar.
Los animales de nuestra especie somos primates macrocefálicos que contamos con una extraña y a la larga inútil característica esencial, a saber: RAZONAMOS o lo que es lo mismo, "La función esencial de nuestro cerebro es permitirnos ordenar la información circundante para poder conducir nuestras acciones de manera que sobrevivamos". Ahora bien, estos ordenes creados por nostros como animales que somos se socializan, se comparten y se mantienen siempre que sirvan para explicar el planeta en el que vivimos, y el mundo cultural que sobre el construimos...simultáneamente.
Por esta razón, diferentes pueblos a lo largo de la historia han ordenado la información y las experiencias de su entorno, a través de explicaciones generales o básicas sobre lo que acontecía, y de hecho, las mencionadas explicaciones estaban ligadas a sus contextos geográficos, sus actos, lo que conocían y lo que desconocían.
Desde esta perspectiva, los hombres, débiles animales en busca de "seguridades" para sobrellevar su existencia violenta, azarosa e incomprensible se aferraron a estas explicaciones esenciales para preservar la especie y sobrevivir en el Mundo. De allí que las Cosmologías de los diferentes pueblos erijan Dioses que se crean a partir de sus ideales o de sus miedos, y como también se conocerá más adelante, en muchos casos los Dioses eran Homologables y se expandía la creencia en unos u otros según fueran o no efectivos. Efectividad que no era más que contar con Una buena oficina de prensa: Los sacerdotes o sacerdotisas.
Ahora bien, dichas explicación nunca han implicado realidad alguna, en tanto no existen miles de Dioses que se compartan el universo de los Humanos, sino que los Dioses están Ligados a su pueblo(s), por esto, algunos Dioses han muerto, y de ellos sólo nos quedan sus cadáveres en ruinas y templos, en cantos y escritos. Otros Dioses por el contrario han sobrevivido, más o menos tiempo, pero han sobrevivido.
Afortunadamente, con el paso del tiempo, y esencialmente, gracias a los Griegos, los humanos se propusieron la labor de explicar el mundo sin apelar a la idea de la divinidad, y con ello inauguraron la Inteligencia humana en su más interesante aspecto.
Lo cierto, es que al cabo del tiempo, y alejados de la visión Temerosa de la naturaleza, así como alejados de la figura imaginaria pero fatal de los Dioses, el hombre se adentró en la creación de la CIENCIA, en el conocimiento de su naturaleza y de la naturaleza del mundo. Empezó un proceso más detallado y exigente de comprensión del mundo, lo cual, sin duda ha tenido miles de tropiezos porque es transitar por un camino que no existe, es crear un camino con cada hipótesis, con cada idea, es probar, corroborar y descubrir. Es asumir el riesgo de considerar posibilidades porque hay razones para ellas y no por el miedo a preguntar.
Así las cosas, el hombre se pudo escindir de algunos de los rasgos más imperantes de su cultura, y dar nuevos valores a rasgos nuevos. Por fin se separó la idea de Dios de la de Mundo, se pudo comprender al ser humano en sí mismo, y no por causa de un ser imaginario.
Hasta este momento, la creencia en los Dioses o en Dios -distinción que no entraña diferencia alguna desde la perspectiva aquí esbozada-, aparece como una de las primeras cosas que propone el animal macrocefálico que somos. Sin embargo, y esto es lo que suelen pasar por alto quienes creen en Dios o los Dioses: Somos animales ateos. No somos creyentes en sí mismos. Si no estuviéramos inmersos en esta cultura quizás creeríamos en los dioses de otra cultura. No hay naturaleza divina en nosotros. Lo más divino que tenemos es la cultura como expresión máxima de los significados que proponemos del mundo, que lo constituyen y en el que nos movemos. Somos lo que la cultura hace de nosotros, y aún así podemos ser diferentes. De modo que, para los creyentes en Dios o en Dioses que apelan a que uno de los primeros actos de los pueblos primitivos es formular la existencia de la divinidad para comprende su entorno, y que ello los revela como básicamente religiosos, hay que manifestarles el craso error en el que se encuentran. Nadie es ni religioso, ni bueno, ni malo...por naturaleza. Somos animales, creamos una cultura para sobrevivir a nuestro entorno, y esa cultura es lo que nosotros hemos decidido que sea.
Continuará.... Los dejo con una frase interesante:
El ateísmo es el vicio de unas pocas personas inteligentes. Voltaire