Revista Fotografía

Como si no hubieran sido, 19 de agosto de 2013

Publicado el 06 marzo 2016 por Roberto Dominguez @robertodom1974
No saben cuántos han sido. Ni siquiera saben si fueron. Ni si han dejado de ser. No están ni vivos ni muertos. Ni entre la vida y la muerte. Ni ayer ni mañana ni hoy. Podrían haber muerto. Podrían haber muerto mil. Dicen los titulares. Podrían haber muerto más. Dicen las ONG. 


© R.Domínguez - Como si no hubieran sido

Se hunden sus cuerpos como un diluvio en el aguaEn el ácido mar que deshace sus huesosSin dejar rastro ni restos.Como si nada sucediera.Como si nunca hubieran sido.Como si no fueran nadie.Como si no.Lluvia que acribilla la piel del océanoque no sangra y apenas se estremece.Como si nada.Como si nunca.Como si nadie.Como si no.El mar los devora en silencioCon su hambre sin dientesSu lengua de buitre.Su boca de cárcel.Su tripa de cal.Se los traga y no se sacia.Se los bebe y tiene sed.Los ahoga y ni se entera.Como si apenas.Como si casi.Como quizás.Como que no.La tierra no los quiere y los echa al mar.La barca no los quiere y los tira por la borda.Las olas no los quieren y las algas los devoran.Sus cuerpos se derraman en el aguaComo arena de un saco.Como piedras.Como llanto.Como adiós.Su carne se disuelve en la bañeraCrepita, hace espuma y burbujeaCon un ruido de lombricesDe huesos que se derritenComo si fueran de sal.Como si fueran de nada.Como si el mar fuera lava.Como si fuera alquitránQue se les pega a las piernas y a los brazosAl estómago, al oxígeno y al ánimoComo un traje de petróleo, sombra y plomoQue sus músculos no pueden soportar.Arañan con las uñas la espina del airecomo si agarrasen una cuerda invisibleY dejan un reguero de sangre entre las nubesCon el que las gaviotas enrojecen la tardeEstiran los brazos al cieloComo si el cielo les oyera.Como si alguien.Como si aún.Como si Dios.Pero hasta el cieloLes ha dado la espalday no hay un alma a esta hora.No hay un alma.No quedan almasNi guardas costeras.Sólo barcos piratasQue les llevan en galeras.Mecen las olas a los niñosen su cuna de agua,en su tumba de sal,en su nicho de mar,Mientras sus madres se ahoganY se agarran a sus cuerpos que flotanComo si fueran maderaComo si no fueran.Como si viento.Como si muerte.Como si no.Son sólo burbujas en la superficieEspuma de jabón que desapareceBajo el voraz oleajeCadáveres que el mar escupe a vecesSobre playas de turistas impasiblesO acaban descosidos contra un arrecifeTal vez en las redes de los pescadores.Son peces sin branquias que boqueanQue se beben Adriáticos de un tragoY les cabe un océano en los pulmonesComo si nada.Como si aire.Como silencio.Como si ruido.Como si la marea la llevaran por dentro.Hacen un túnel en el aguaPara llegar hasta el fondo.Donde no hay luz.Donde no hay pez.Donde no hay nadie.Donde no hay.Aguacero de gotas negrasen una noche tan oscuracomo los ojos de un buey.Van hasta el fondo, yo lo sé,y allí en el fondo se clavanComo arteriasComo dientesComo la sangreComo la hielComo estandartesDe un ejército derrotadoMecido por la corrienteQue les balancea incesanteComo espigas de un maizal.Parece un maizal quemado.Un negro maizal de cieno.Maizal de carbón helado.Un campo de nervios nerviososUn cementerio de clavosen una negrura lunar.Pero el blanco de sus ojosda un halo de luz suficientepara guiar a las sierpesQue les devoran la carneY les dejan en los huesosComo si fueran de lecheComo si fueran de solComo si de cera.Como si de luna.Como si de no.No saben cuántos han sido.Ni siquiera saben si fueron.Ni si han dejado de ser.No están ni vivos ni muertos.Ni entre la vida y la muerteNi ayer ni mañana ni hoy.Podrían haber muerto.Podrían haber muerto.Dicen en las noticias.Podrían haber muerto mil.Dicen los titulares.Podrían haber muerto más.Dicen las ONG.Pero son tan negros estos negrosTan oscuros son sus cuerposQue son como el fondoQue son como el lodoQue son como un pozo.Que son como el cosmosQue ni siquiera los ves.Pero están ahí.Porque en algún sitio han de estar.Porque los vieron partir.Porque hay quien los echa de menos.Y han rescatado a algunosQue han contado que eran muchos.Dicen que novecientos.Algunos otros que mil.Puede que mil quinientos.O quizá fuera un millón.Quién sabe.Tanto da.Han dejado de contar.Han perdido la cuenta.Han cesado la búsqueda.Ya sólo lo sabe el mar.Ni siquiera su muerte es segura.Tampoco entonces su vida.Podrían haber muerto.Podrían.Pero también podrían no.Como si nada hubiera sucedido.Como si nunca hubieran sido.Como si no fueran nadie.Como si nada.Como si nunca.Como si nadie.Como si no.Pero sí.Pero eran.Pero mueren.Pero fueron.Pero son.(Poema del libro El grito en el cielo de Javier Gallego Crudo, que se publicará próximamente. Dedicado a los migrantes y refugiados ahogados en las costas europeas, de Tarajal a Grecia, de Lampedusa a Turquía)

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