Revista Literatura
Intensamente bella te has metido en mis pupilas.
Nunca, nadie, antes, abrió mis puertas con tan solo una sonrisa.
Gira el mundo, cae el sol… y amo tus cabellos.
Respiro entre tus brazos y me siento nuevo.
Invades mis caminos y atrapas mis latidos.
Descubro que en tus ojos, ahí, yo resucito.
Rocío fresco y dulce, que a mi piel, empapas de besos,
ocupas mi silencio y haces música en mis versos…
¡Cómo te quiero! ¡Cómo disfruto cada minuto contigo!
Inspiras mi mundo, me llenas la vida, caminas conmigo.
Opacas la noche, alejas el frío, me haces tu dueño.
Mi corazón es tuyo, más que mío: tuyo, solo tuyo.
Amo tu voz y tu silencio, amo ver la tarde con tus ojos
y quedarme entre tus brazos sonriendo como un niño.
Nunca imaginé quererte tanto y sin embargo aquí me tienes
aferrado a los instantes, de ternura, que compartes.
Siento que recorres… con tus labios los míos y entonces: sonrío,
feliz, feliz de disfrutar la miel que quita el frío.
Luz de primavera llenando mi alma entera
otra vez la brisa canta y mi mundo te celebra.
Renaces tú en mi alma la magia y la alegría.
Eres como el sol en pleno mediodía
sonriente y abrigante, intensamente bella…
Solo deja que te ame: un segundo y una vida entera.