Te ha gustado leer siempre, devoras libros, artículos en revistas, incluso tuviste un diario alguna vez… empiezas leyendo otros blogs, incluso durante años, empiezas haciendo comentarios...a veces, demasiado largos :) y de pronto un día, te entra un gusanillo, decides abrir uno propio, aún no sabes bien ni qué vas a contar, sencillamente necesitas desahogarte, dejar escapar el humo por las orejas y terminas haciéndolo por la punta de los dedos…
Te maravillas de cosas a diario y quieres compartirlas, te enfadas y mientras vuelves a casa piensas en cómo vas a contarlo, te deprimes, lloras, te alegras, subes y bajas, porque en la vida es lo que hacemos y de pronto te das cuenta que una parte de tu vida está en ese blog y aunque a veces no quieres escribir, porque en realidad no quieres contar lo que te pasa, no encuentras las palabras que contengan tu ira o tu tristeza... A veces, sencillamente, las ideas que se te ocurren te parecen ridículas y prefieres guardártelas para ti, y te das cuenta, de que casi todo lo que haces, es algo que podría terminar siendo una entrada en tu blog :)
Pero resulta que has hecho buenos amigos entre esos otros blogueros o algunos lectores y entonces los días menos buenos, no quieres escribir pues no quieres preocuparles… y así mil vueltas que le haces dar a la peonza que llevas por cabeza. No hay forma, no eres capaz de abandonarlo mucho tiempo… siempre hay un comentario que quieres responder, un blog amigo que echas de menos porque te hace reír, otro te hace pensar, otro te hace sentir pasiones olvidadas, otro te enseña algo nuevo cada día, otro… en fin, si es que hay para todo, para cada momento y estado de humor y ahí estás tú, algunos días, perdida en ti misma y sin encontrarte. Te hace bien entrar, reorganizarlo y redecorarlo, mover cosas aquí y allá, añadir otros blogs, añadir cosas que son importantes para ti, ya sea una canción, una imagen, una frase y lo cuidas, lo mimas, como mismo cuidas tu casa, porque tu blog, también es casa para tu mente, para tu corazón.
Te sientas delante de la imponente entrada en blanco y empiezan a asomar tímidamente las primeras palabras. En principio, tienes claro que no quieres aburrir ni entristecer, no quieres hacerle perder el tiempo a nadie, ése tan valioso y que todos tenemos tan poco, pero todo es empezar y te vas soltando, te vas creciendo y creyendo que puedes seguir y que sí tienes cosas que decir que a otros le puedan interesar y te sorprendes, porque quizás, ésa, termina siendo esa entrada que nunca pensaste que tendría tantos comentarios, que levantaría pasiones, que haría derramar alguna lágrima, que te traería nuevos lectores, que te mostraría la empatía ajena y que te enseñaría que da igual lo que escribas a alguien le puede parecer interesante o entretenido leerlo…y eso, sencillamente, te hace feliz. Te sientes más hermosa, más lista, más poderosa, más valiente, más... la persona que en realidad crees y aspiras a ser. Y todo porque has descubierto que le importas a mucha gente. Está claro, que lo que más vale es el cariño, sea como sea que te lo demuestren.
En cualquier caso, tener un blog es agotador porque cuesta mucho encontrar los primeros lectores y que vuelvan. A veces te visitan y la primera impresión no es la mejor, pues no es tu día más inspirado, ni el día que tratas un tema que les interesa y no leen más allá de la última entrada…. Cuesta que te comenten, porque a veces apetece leer y no comentar, es así, yo lo hago muchas veces también y sin comentarios, para mí, un blog está muerto. A su vez, cuesta seguir a otros blogs, especialmente los más prolíficos y a veces la lista se hace muy larga y no tenemos el tiempo que quisiéramos para dedicarnos a leer y te sientes una traidora cuando no puedes con todos a la vez. Poco a poco, vas reduciendo la cantidad de blogs que lees y no porque no te gusten, sino porque sencillamente no se puede más. Por mucho que organicemos nuestro tiempo, el día sigue teniendo 24 horas.
El blog se convierte en una pasión, de la que quieres hacer partícipe a tu familia, a tus amigos y terminas hablando de él como si fuera un hijo. ¿Quiénes de los aquí presentes no habéis involucrado a familia y amigos en vuestras historias o les habéis invitado más de una vez a leeros? Admitidlo, es inevitable. Esto engancha y de qué manera…
Lo más importante de todo, es hacer ese rincón muy tuyo, no importa si desvarías, si no siempre escribes las más bellas poesías, si a veces eres más crudo que un sashimi o más ácido que un limón, si otras veces destilas más colores que un arcoíris precisamente porque acaba de irse la lluvia en tu vida, si eres la alegría personalizada en chistes absurdos o si eres un personaje ficticio que te has inventado porque no te soportas a ti mismo. Da igual, este es un lugar maravilloso donde todo cabe, desde el respeto. Y al final, el cariño se nota y por eso, muchas gracias a todos aquellos que comentan en los blogs, esos que nos leen a hurtadillas pero sus dedos se mantienen en silencio. Gracias a los que nos enlazan para que nuestras pequeñas locuras diarias lleguen a más ojos y más oídos. Gracias una vez más, por la compañía.
Sé que tengo una suerte inmensa y que no tengo muchísimos lectores, pero los que tengo son muy buenos. Me encanta escandalizar a los grandes escritores que me leen, con mis palabros, mis poemas sin rima, mi prosa insufrible y terrible, ese sentido del humor extraño e incoherente que me gasto, mis chistes frikis, mi música a ratos incomprendida…y torturar con esta entrada... :) en resumen, yo y mis circunstancias.
Me gusta mucho ésta, que ya considero una habitación más de mi casa y que realmente se ha vuelto una parte imprescindible en mi vida. Espero poder seguir aquí mucho tiempo, manteniéndolo vivo a pesar de mis constantes ausencias. La vida a veces no me da tregua y me agota. Ser optimista es una práctica constante, una batalla diaria contra los rincones más oscuros de mis pensamientos, en especial cuando las cosas no me salen cómo esperaba, pero si la vida piensa que tengo alguna intención de rendirme, es que aún no sabe con quién se las está viendo.
¿Sabes tú acaso con quién te las estás viendo? Con una bloguera, claro :) Apártate, miedo, que te blogueo :)))
Besos que huelen a viernes.