Revista Literatura

"COMO UN ELEFANTE EN UNA CACHARRERÍA: CASO ASSANGE Vs. EL ORDEN ESTABLECIDO" - Javier Serrano Sánchez

Publicado el 03 diciembre 2010 por Javierserrano

De un tiempo a esta parte contemplamos, estupefactos, el desarrollo del último serial por entregas: el de Wikileaks. Casi una película de espías, en la más pura tradición 007ana.
Desde el gobierno de Estados Unidos -país que, como se recordará, es uno de los paladines de la libertad de expresión- se presiona para conseguir la cabeza del fundador de Wikileaks, Julian Assange, y mientras esa cabeza llega, se presiona -con resultado, como se ha visto- a servidores como el de Amazon para que no de cobijo al fugitivo. Estas maneras le recuerdan a uno el no lejano caso de la censura china sobre Google. En aquel incidente nos escandálizabamos, saltando como un resorte todos al unísono, mientras que en este otro suceso casi lo vemos como algo lógico: al fin y al cabo, se trata de un terrorista, pensarán algunos, olvidando por un momento ese sacrosanto derecho a la libertad de expresión con el que tanto se nos llega la boca. Estamos hablando, ni más ni menos, de ¡la Primera Enmienda de la Constitución norteamericana!
"Con sus acciones ilegales, escandalosas y temerarias, Wikileaks ha puesto en peligro la seguridad nacional de EE UU y la del mundo", dice Joe Lieberman, jefe del Comité de Seguridad Nacional del Congreso de EEUU. Habría que precisar de qué lado del mundo estamos hablando. Muchas de las filtraciones de Wikileaks se refieren a otras partes del mundo donde EUU y aliados han vulnerado las normas más elementales de respeto por los derechos humanos. Además, si Wikileaks miente, ¿a qué espera el gobierno estadounidense para contar su versión de los hechos, aportando, como es habitual en él, pruebas convincentes?
Todo lo contrario, Obama & Cía. prefieren buscar algún asidero legal -se habla incluso de la Ley de Espionaje de 1917- para poder meterle mano a Assange y pararle los pies. ¿No ha considerado EEUU el mal efecto que tendría para su imagen clausurar definitivamente Wikileaks? De momento, se está produciendo un efecto boomerang que hace que la gente se muestre interesada por esa información que tanto le urge a EEUU mantener oculta. No contento con ello, el siempre prometedor presidente Obama ha creado un nuevo puesto en su Administración que se dedicará exclusivamente a la investigación de la filtración, una especie de caza recompensas, vaya.
En caso de cerrar Wikileaks -sea por lo legal o al más puro estilo John Wayne-, ¿podría EEUU seguir autoconsiderándose la primera potencia democrática del mundo?
A Assange se le acusa en Suecia de delitos de acoso sexual y violación contra dos mujeres. Él alega que fueron relaciones sexuales consentidas. Sea verdad o mentira, trampa sexual o cotilleo televisivo, el hecho es que si finalmente Assange acude a Suecia, motu proprio o forzado por alguna autoridad policial -la Interpol ya lo busca y todo indica que el fugitivo se encuentra en el sur de Gran Bretaña-, este país, Suecia, podría extraditarlo a EEUU -¿podría negarse Suecia a ello y aguantar la presión del amigo americano?- para que respondiera allí sobre las filtraciones. Bastaría con buscar un motivo legal para esa extradición. A estas alturas del partido -jejejeje- eso sería lo más fácil, como se ha visto en otras ocasiones. Por lo pronto, el soldado que filtró la información, un sorche llamado Manning, ya se encuentra detenido y a la espera de un consejo de guerra. Conviene recordar que no hace mucho en Guantánamo se han quedado unas cuantas plazas libres...
En lo que respecta al caso español, me asombra que el PP no se haya lanzado a la yugular del PSOE, como suele ser habitual, tras conocer ciertas filtraciones que le afectan muy directamente al partido en el gobierno. Me acordé de aquel refrán -una vez más, el viejo refranero español- que dice aquello de "pájaro que no canta algo tiene en la garganta". Probablemente, el PP es consciente de que de un momento a otro se revelarán sus propios "trapos sucios", mucho más cuando es un periódico, El País, tan contrario al PP el que está haciendo públicas las filtraciones.
Es de agradecer que, como rocambolesca carambola, estas filtraciones hayan conseguido reactivar el tan flagrante como mortecino caso Couso.
En cuanto a Assange, ¿qué pensar de él? EEUU no tiene duda: desde hace días, Julian Assange ocupa un lugar preferente en el eje del mal, y ya nadie se acuerda de aquel otro desaparecido, el del turbante. No sé si se trata de una especie de Quijote, uno fascinante, o de alguien, el enésimo impostor, que busca hacer pasta de alguna manera que de momento se me escapa. Lo cierto es que está consiguiendo, con sus filtraciones impertinentes, poner nerviosos a muchos dirigentes mundiales. Y es que no sólo nos está mostrando detalles pedestres sobre ellos, también cómo se las gastan, entre bastidores, aquellos que nos dirigen y que consideran que el fin justifica los medios, no importa cuáles sean estos medios. Si tenemos en cuenta que, por lo visto, estas filtraciones son sólo la punta del iceberg y Wikileaks tiene mandanga suficiente como para dar un informe a la hora durante más de 28 años, estamos hablando de una auténtica bomba de relojería. "Me parecería ofensivo que me llamaran periodista", asegura el prenda. Y no es para menos. Mientras la prensa trata de dilucidar si estas filtraciones son periodismo o no, cabe preguntarse: ¿cómo es posible que un ciudadano de a pie haya tenido acceso a toda esta información sin que la haya conseguido antes algún sagaz periodista, respaldado por algún poderoso grupo empresarial? ¿Ignorancia? ¿autocensura?
Otro debate que surge de nuevo es ¿qué hacer con la Red? ¿se debe permitir todo o hay que promulgar leyes que restrinjan el libre tráfico de la información? De momento, lo que estamos viendo es la expulsión continuada de Wikileaks de distintos servidores y DNS, dentro de EEUU. No faltan, afortunadamente, escuderos caritativos, ciberanarquistas, piratas que le están echando "un cable" al pobre de Assange. Es de suponer que EEUU ya estará presionando a sus socios-cómplices para que estos, a su vez, presionen a los nuevos servidores, ¿aguantarán éstos la presión del amigo americano? Por si acaso, se puede acceder a Wikileaks en los siguientes enlaces:
http://46.59.1.2/ ó http://213.251.145.96/
De nada.
(TO BE CONTINUED)

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