Desde que entró en vigor el R.D. 235/2013 que rige la legislación en materia de certificación energética todavía podemos ver como a ojos de los usuarios existe un importante desconocimiento del mismo, si bien también en cierto modo es comprensible por la falta de información existente desde las Administraciones y por que se sigue considerando como un mero "documento administrativo", sin que tenga más valor que el que pueda tener otro documento más exigido ante una compraventa o el alquiler de un inmueble.
No obstante tal circunstancia tiene como origen la falta de información de los usuarios o propietarios, y teniendo en cuenta la importancia del documento, sería conveniente que a través de los medios de comunicación y otras vías se les pueda informar siempre debidamente asesorados por técnicos formados en la materia para que el ciudadano y el usuario que en un momento pueda requerirlo sepa realmente para qué sirve el informe del certificado energético, y tome conciencia de por qué en su etiqueta energética se le entrega una determinada letra y no otra.
Desde el punto de vista del técnico certificador, a la hora de entregar un certificado al cliente ellos mismos se sorprenden debido a que "esperaban una mejor calificación", evidentemente ellos no son conscientes de que existen ciertos condicionantes o hipótesis que nos penalizan en la calificación y considerando que el certificado se realiza correctamente por parte del técnico, existen ciertas hipótesis que penalizan la calificación como los equipos de producción de ACS con acumulación, sobre todo termos eléctricos, que en ocasiones incluso con equipos de climatización eficientes penalizan más de lo que puede mejorar dichos equipos, o bien que la vivienda esté situada en planta primera sobre espacios no habitables tipo garajes u otro tipo de locales sin climatizar y que tengan una gran superficie en su envolvente térmica , evidentemente a mayor superficie de envolvente mayores pérdidas, o bien en planta de cubierta donde también ocurre algo similar, la zona climática también es muy importante puesto que en zonas de cierta altitud o del interior al ser un clima más severo las demandas de calefacción en invierno se disparan, la orientación de las fachadas del inmuebles y el porcentaje acristalado según orientación, un exceso de sombreamiento cuando se trata de viviendas en plantas bajas, etc etc... Es evidente que cada inmueble presenta unas condiciones diferentes al respecto pero la calificación final servirá para analizar hacia qué lado de la balanza, o sea si en el cómputo global al unir estos condicionantes los factores que no son favorables "o que penalizan" tienen más peso que los que "son favorables y la mejoran", según nos refleje la calificación obtenida.
Lo que queda claro, es que muchas veces incluso a los técnicos nos cuesta entender por qué ante un caso concreto sale una determinada calificación, pero lo que no se puede pretender es frivolizar este tema hasta el punto de querer crear una relación de proporcionalidad entre una buena envolvente térmica y un equipo eficiente con una buena calificación, porque la eficiencia energética abarca muchos más parámetros y esto no siempre es así. Y creo que esa es la visión que tienen la mayoría de los usuarios a los que les entregamos el certificado y te dicen "oiga es que yo he reformado mi vivienda y tengo climalit en las ventanas", puesto que como hemos podido comprobar en ocasiones el cliente reforma su vivienda cambiando su distribución interior y colocando mejores calidades, pero no ha mejorado completamente la envolvente térmica porque sólo ha cambiado ventanas y no incorporan aislamiento térmico en la fachada o bien reforman pero continúan manteniendo equipos para agua caliente poco eficientes con acumulación o la vivienda tiene una mala orientación, etc ...
Con este artículo pretendemos realizar una reflexión basada en nuestra propia experiencia en la realización de los certificados para que cuando nos ocurra este caso seamos conscientes de que debemos asesorar e informar correctamente y con criterio técnico al cliente para que sea consciente de lo que supone la calificación obtenida en su inmueble.
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