Cuando abrí las puertas del armario escobero, las voces callaron. No me atrevo a cerrarlo.
—Desde que llegaste a esta casa me tienen arrinconada. —Qué quieres, la gente tiene ahora nuevas aspiraciones. —Ya, pero reconoce... ¡si estás aquí, es por enchufe! —Chica, ponte las pilas y verás cómo todo cambia.
Cuando abrí las puertas del armario escobero, las voces callaron. No me atrevo a cerrarlo.
Cuando abrí las puertas del armario escobero, las voces callaron. No me atrevo a cerrarlo.