De natural impaciente, arrebatado, pasional e irreflexivo, he aprendido a ser paciente, sosegada, imperturbable y sensata. No es que decidiera en un momento de mi vida ser una mujer virtuosa, no, que las mujeres virtuosas suelen aburrirse mucho y son viejas desde jóvenes. Mi caso es diferente y mi persona acata lo que la vida le impone para no estrellarse en los acantilados del descontento. Puro instinto de supervivencia, no nos engañemos.
De natural impaciente, arrebatado, pasional e irreflexivo, he aprendido a ser paciente, sosegada, imperturbable y sensata. No es que decidiera en un momento de mi vida ser una mujer virtuosa, no, que las mujeres virtuosas suelen aburrirse mucho y son viejas desde jóvenes. Mi caso es diferente y mi persona acata lo que la vida le impone para no estrellarse en los acantilados del descontento. Puro instinto de supervivencia, no nos engañemos.