La inteligente: la competencia mejora el producto, ya que obliga a los competidores a dar un producto de más calidad al mismo precio o el mismo producto a un precio menor, de ese modo contrarestas esa competencia y consigues recuperar a tus clientes.
La "directa a la quiebra": es la más usada, los profesionales que llevan años acomodados en su nicho de mercado no suelen estar alerta ante amenazas ni tienen ya la capacidad de reacción necesaria ante la irrupción de competencia. Su forma de actuar deja mucho que desear, en varias fases.
- No hacer nada, siguen con la misma publicidad y mismos precios porque consideran que un crío no les podrá quitar el pan, que no durará dos días.
- Viendo que no funciona el punto anterior, denuncian para que un inspector de trabajo les investigue, suelen creer que los que empiezan no tienen los papeles e impuestos en regla por que ellos mismos tienen sus pufillos cada vez que pueden.
- Como no les sale bien el asunto, contactan directamente o a través de terceros con su competencia para intentar meter miedo, avasallar en plan Goliat a David, sin prestar atención en que en la historia fue David el que venció.
- En ultimo caso, hacer publicidad engañosa y negativa de la competencia: hablando mal a todos los clientes y conocidos sobre la forma de trabajar o de actuar de la nueva competencia, creyendo que así conseguirán que nadie contrate al nuevo.
- Quiebra, o tener que vivir con muchos menos ingresos.
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