Revista Diario

"Complicidad con la Naturaleza"

Publicado el 10 marzo 2017 por Vesta @Vesta01

Todo empezó con un pequeño puesto de golosinas y dulces debajo de un lilo o árbol de nim -sagrado en India- en Benarés. Cada día, Deepak Tadaw y su familia rendían culto al árbol y cada día el negocio mejoraba. Como la religión hindú no permite cortar árboles de nim, ya que se trata de la reencarnación de Shitala, la diosa de la fortuna, la familia construyó su tienda de golosinas alrededor del árbo

La higuera de bengala -o baniano-, es uno de los árboles más venerados de Asia. En la mitología hindú es la especie que cumple los deseos. El árbol de Bodhi, donde Buda se sentó durante siete días para alcanzar la iluminación, era también una higuera.

El de la imagen, conocido como Bonut Bolong, creció en una ladera muy empinada en Bali, Indonesia. Al tratarse de un árbol sagrado no puede ser cortado, y cuando fue necesaria la construcción de una carretera, los ingenieros se las tuvieron que ingeniar para hacerla pasar por entre sus raíces. Hoy en día sigue siendo un lugar de culto.

5.- Walt Whitman Civil War Witness Trees, Catalpa. Fredericksburg y Spotsylvania National Military Park, Fredericksburg, Virginia.

En diciembre de 1862, tras ver el nombre de su hermano en la lista de heridos en Fredericksburg, Virginia, Walt Whitman salió de su casa en Brooklyn en busca de los hospitales cercanos. Fue allí donde tuvo lugar una de las batallas más mortales de la Guerra Civil y para Whitman supuso enfrentarse a la espantosa realidad de la guerra.

En Chatham Manor, un hospital de campaña improvisado, vio amputaciones de brazos y piernas que eran arrojados por la ventana a una improvisada pila que crecía debajo de los árboles catalpa. Su hermano, que finalmente solo había sufrido una herida superficial en la cara, no estaba allí, pero Whitman se quedó todo el mes vendando heridas a los soldados, y escribiendo y leyendo cartas. Después se fue a Washington y siguió atendiendo a heridos allí.

Garabateaba sus pensamientos en trozos de papel manchados por sangre. Sus impresiones, publicadas en un libro de versos en 1865, fueron reflejadas perfectamente en "The Wound-Dresser", su poema más sensible, compasivo e inquebrantable.

6.- Árbol del Descubrimiento, Secuoya. Calaveras Big Trees State Park, California.

Por Diane Cook y Len Jenshel, National Geographic

"Cuando se corta un árbol, su tronco revela su historia; se puede leer la vida en sus discos: sus cicatrices, su lucha, su sufrimiento y su enfermedad", escribió el autor alemán Herman Hesse, un epitafio apto para esta majestuosa secuoya.

En 1852, un cazador que perseguía a un oso herido cerca de los numerosos asentamientos mineros que surgieron durante la fiebre del oro americana, tropezó con un árbol de 76 metros de altura. El hallazgo desencadenó la "fiebre verde", ya que los especuladores se aprovecharon para comercializar el descubrimiento. Así, le quitaron la corteza y fue expuesto en San Francisco y Nueva York. Un año más tarde, la secuoya fue cortada del todo, y lo que quedó de ella se utilizó como plataforma para bailes. El tronco talado sirvió para construir una bolera. La indignación pública propició la creación de leyes de conservación como la Yosemite Grant Act, que en última instancia condujo a la creación de Parque Nacional de Yosemite.

7.- Pando, álamo temblón. Bosque Nacional Fish Lake, Utah.

Por Diane Cook y Len Jenshel, National Geographic

Es en realidad un bosque clonal surgido de un solo álamo temblón y que está compuesto por 47.000 troncos pertenecientes a un único organismo viviente. Cubre medio kilómetro cuadrado y se calcula que pesa 6.000 toneladas.

El clon comienza con una sola semilla que se expande rápidamente creando un sistema de raíces subterráneas. Cada tronco es genéticamente idéntico y este es el organismo viviente más pesado del planeta y puede que sea de los más antiguos tambié n.


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