No tengo fuerzas para seguir encendida.
Las personas me dejan a un lado y no comprenden mi importancia. Se olvidan hasta de aquellos que están muy cerca y les aman.
Y, sin esperar más, se apagó.
Entró un niño y vió las tres velas apagadas.
-Pero, ¿qué es esto?. Deberíais estar encendidas hasta el final.
Al decir esto comenzó a llorar.
Entonces, la cuarta vela habló:
- No tengas miedo, mientras yo tenga fuego, podremos encender las demás velas.
Con los ojos brillantes, agarró la vela que todavía ardía...
Y encendió las demás.
...y que cada uno de nosotros sepamos ser la herramienta que los demás, necesitan para mantener la Esperanza, la Fe, la Paz y el Amor.