Eso habría bastado para que las compras fueran una gran fiesta. Pero además compré un banquito. Es muy importante.
Una de las cosas que me hacen sentir rica es tener los objetos específicos para cada uso. Si pudiera, no serviría el helado con una cuchara cualquiera sino con una servidora de nieve, no pelaría las frutas o verduras con un cuchillo, sino con un pelador. Hasta ahora, para que B alcanzara el lavabo, se subía en un bote de basura volteado al revés, que además uso como balde para el agua. Pero ya tenemos nuestro banquito.
En cuanto llegamos a la casa, empezó a subirse para bajar juguetes a los que antes llegaba trepándose al mueble donde están. No quería jugar con ellos, sino subir al banquito y alcanzarlos.
Inicialmente puse esos juguetes donde los puse para que ella no los alcanzara; pero no tardó en aprender que había modo de llegar a ellos.
El síndrome de Turner se distingue por la baja estatura. Las pediatras endocrinólogas que hemos consultado nos han dicho que el tratamiento adecuado administrado a tiempo permite alcanzar lo que ellas llaman, si mal no recuerdo, "estatura meta": la estatura que se supone alcanzaría sin el síndrome, calculada a partir de la de su papá y la mía. Pero hace poco, una mujer contaba -con satisfacción- que había llegado a 1.35 m, con tratamiento. Así que me importa mucho que B aprenda a alcanzar, a llegar a donde necesite; que aprenda que hay recursos y que gracias a Dios, nuestra inteligencia nos da posibilidades en cualquier situación. Por eso necesitábamos un banquito.Silvia Parque