Resulta más que evidente que la comunicación, bien planificada, aporta múltiples beneficios a cualquier organización en sus distintos quehaceres. Tal contribución se corrobora a través de la identificación de una serie ventajas, muchas de ellas tan obviadas como difícilmente cuantificables en cifras.
Google images
Partiendo de la premisa de asentir la comunicación como una inversión garantizada a medio plazo y, de igual forma, como un requisito fundamental para una apropiada gestión, sobre todo en las circunstancias actuales, la implantación de estrategias comunicativas en cualquier empresa se convierte en una necesidad ya poco discutible. Asimismo su enfoque hacia las nuevas tendencias virales y/o sensoriales, en la que el usuario se sube al escenario para participar activamente, también lo es.Con todo ello asumido, es lógico interpretar el plan de comunicación como la mejor vía para alcanzar ineludibles propósitos corporativos, mucho más allá de aumentar las ventas y cumplir objetivos únicamente económicos. Éste, siempre y cuando se adapte a las posibilidades reales de cada compañía y se diseñe con una perspectiva global, actúa además como elemento integrador que relaciona los distintos públicos de la organización, vertebra su estructura interna y genera sinergias tanto dentro como fuera de ella. Esta planificación integral, entendida por la suma de acciones promocionales que requiere el negocio así como otras voluntarias y más humanizadas, dinamiza de forma considerable el proyecto empresarial. Así la interactuación de la corporación con sus públicos directos, desde los propios trabajadores y proveedores hasta los consumidores finales; la cohesión de su todo su equipo; y su aceptación por parte de una sociedad más informada, que exige mayor compromiso y honestidad al tejido empresarial, son algunas consecuencias de la implantación de los procesos resultantes. Procesos que estimulan e incorporan, paralelamente también, numerosas fórmulas de innovación.En consecuencia la comunicación, aunque requiera una labor metódica, repercute positivamente en la fluidez de la gestión organizativa y, a su vez, en la propia marca mejorando su reputación y aumentando su valor. Pero, ante todo, concibe un nuevo paradigma en el que la empresa evoluciona de lo que es hacia lo que debería ser.
Periódico ESCAPARATE. Suplemento de economía (Febrero-Marzo 2012)Versión ESCAPARATEDIGITAL.COM