Ella entró con cara de tener las bolas llenas, y tras ocho horas de trabajo, lo encontró al Pochi ahí, sentado junto a la mesa, mirando el vacío con la cara de papel en blanco.
Hoy tampoco vas salir a conseguirte un trabajo?- preguntó ella, mirándole desde arriba, como si midiera dos o tres metros más que él.
En este momento, estoy trabajando.-Aclaró el pochi, luciendo pobremente la excesiva simplicidad que lo vestía. Ella abrió un poco más sus aceitunados ojos y se río. Se Río francamente, y sacudió su pelo, como en un comercial de shampú. El Pochi se acordó de Luca Prodan y de la marca de la cosmética a la que Luca hace referencia; y también se río. Se rieron juntos, durante la fracción de tiempo que les tomó darse cuenta que uno se reía del otro, y viceversa. Luego, otra vez, el silencio y las moscas atravesando con esfuerzo la densidad del aire.
Estoy hablando en serio- decía la mina, mientras, él ponía cara de entender poco y nada- Y eso, que te procures, por lo menos, hacer algo. -
Yo estoy haciendo algo!- Enfatizó Pochi, con su pinta de colectivero de entrecasa.- Soy Poeta!-
Si, flaco, pero no te pagan por ser poeta! Ponete a trabajar, que mietras vos te das el lujo de ser poeta, la moneda la pongo yo!-
Acaso, no te gusta tu trabajo?- Si.- Entonces, no veo el motivo de tu encono.- Ella desprecia la palabra "encono". La siente muy rebuscada. Se siente ligeramente diminuída cuando él usa palabras, según ellas, pomposas.
Encono, encono, encono, piensa haciendo fuerza con el alma él. Ella se enoja tantas veces al día, que ya desarrollo un fetiche, para justificar el sacrificio de estar con ella.
A vos te gusta te ser instrumentadora quirúrjica;
a mi, me gusta ser poeta,
A vos te gusta poner pinzas en las manos de los doctores;
a mi me gusta ponerle al papel las letras.- Recitó
No te quiero escuchar. Me tenés harta con esa poesía de mierda!- Se quejó ella y empezó a andar apresurada por la casa, golpeándo cada cosa que encontraba a su paso y respirando sonoramente.
Yo soy poeta, impúdico ser de sombras, hijo de noche y luna...- seguia el Pochi, detrás de ella, recitándole, como si le hiciera un gualicho.
Basta!-
Yo soy poeta!-
sabes lo que sos vos? Un vago de mierda! Un borracho, putañero y maricón. Me voy!- Y se fue, dando un portazo que le hizo temblar el culo al pochi.
Ahora, se quedó solo. Ahora no va haber Ni un ruído y el miedo, empieza a extenderse por toda la casa.
Se fue. Y Siempre se corre el riegos de que, esta, sí sea la última vez, pensó. Puede no volver! Se asustó. Temblaba dentro de si mismo, pero sin manifestar un solo movimiento.La casa vacía de todo lo que le daba color, la casa vacía de su exhaltada actividad psiquica. La casa vacía de llantos, tambien de risas, pero al menos, no hay mas lamentos. Sólo él en el universo que limitan las paredes húmedas del rancho, sin una mujer que interrumpa sus nostálgicos pensamientos y sus grandiosas ideas. Loco y solo, cuando toma conciencia de la hora que ya era, habian pasado mas de cuarenta minutos!
El tiempo es precioso... Y se preparó para continuar con el trabajo. Descorchó un vino con dientes, se sentó a la mesa, y miró el techo, con su mejor cara de papel en blanco.
No sea cosa que ella vuelva y no lo vea cumpliendo con su profesion.