Revista Talentos

Con "d" de Amor

Publicado el 12 marzo 2015 por Isabel Topham
Tras la discusión del otro día, en la cual salí perdiendo y a su vez esbocé una sonrisa, mientras tú me mirabas justo en ese momento, te ofendiste y sin tener razones para explicarlo me preguntaste:
─ ¿Por qué te ríes? No es para tomárselo a gracia, esto es muy serio.
No pude reprocharte nada, porque tenías razón en todo lo que decías, menos en una cosa. Aún así no dejé de sonreír, no era capaz de estar seria. Será mi naturaleza, seré yo cuando el ambiente se tensa. Yo qué sé. Además, estás conmigo porque me quieres y se supone que me quieres ver feliz (por mal que lo estemos pasando).  
─ No me estoy riendo, estoy sonriendo, simplemente. Que es distinto. Al igual que no es lo mismo hablar que decir, ver que mirar ni observar que ver, como tampoco es lo mismo sentir que decir "te quiero". También, su contexto varía según el lugar, la persona y, principalmente, de su entorno. No te hablo de sinónimos sino de exactitud, ni de lógica sino de sentido común. Aparentemente, razón y pensamiento significan lo mismo y, sin embargo, no los usamos por igual. ¿O, acaso, emociones y sentimientos no comparten el mismo significado? y, enamorar o desear tampoco significan lo mismo al igual que arrastrarse por alguien no es lo mismo que saber jugársela. Ni siquiera el verbo amar significa lo mismo que querer pero sí que doler. 

─ …

─ No me mires así, es cierto que tienes razón y que yo he cometido un error pero, ¿y quién no los comete? Mira sino al rey, a los políticos, o a cualquier demagogo que trabaje para el Gobierno o el Estado Español. Si tuviésemos que matar por cada fallo cometido, nadie levantaría cabeza… ¿quién no ha roto un plato en su vida?
─ Pero…
─ Sé que me he equivocado en todo lo que hemos dicho pero, precisamente, de lo único que no me arrepiento es de haberme equivocado en todo eso. El único camino que me llevó hacia Roma, fue el primer paso que tuve para tener una relación contigo. Cogí el vuelo para irme hacia allí y, sin querer, me dirigí hacia su lugar opuesto, hacía el Amor.
"El amor es dejar de hablar de sí mismo para centrarse en la otra persona."

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