Antes no sabía para qué, ni el porqué dormía con los puños cerrados.
Antes cerraba el pulgar en un puño... y ahora anda suelto.
Ya sé, ya sí sé.
Tus manos
Aullido y silencio que bendicen mi cuerpo,
testimonio de versos
"esquirlados" en el latido
del alma
y
la piel,
hasta alcanzar los huesos
y el tuétano
bajo mortecinas
y acompasadas
lunas rotas,
que firmamos
aquel tiempo
recosido en un papel
bajo el firmamento de los sueños.
Llegan vientos de cólera e ira,
de rabia que no cesa,
que han querido bañar
bajo su miseria los besos
arropados de mentira,
desde las bocas
abiertas a sempiternos abismos,
que la mía
no respaldará jamás.
De cuando revientan los recuerdos, la mala hostia viendo el panorama y la escritura, nos... ¿salva?
P.S. Dándole a los enlaces daréis con el origen de estos puños 2.