Revista Diario

¡¡¡Con mucha suerte!!!

Publicado el 04 agosto 2012 por Elva

¡¡¡Con mucha suerte!!!
    Hay por ahí un dicho popular que dice "pisar mierda trae buena suerte". Si este dicho es verdad debo ser la mujer con más suerte del mundo.¿Por qué? Paso a contar....
     El fin de semana pasado el colega canino se puso malo del estómago. Hace más de un mes que en casa no hace nada de nada. Sus pipis y sus cacas se esperan a la hora del paseo mañanero y nocturno. Paseos que me tocan a mí, puesto que el papá del piojo anda con los ligamentos de la rodilla fastidiados, ¿no se supone que es lesión de futbolistas?Je, está jodido, perdón, y sin millones. Eso sí, teniéndome a mí como mujer, no hay millones que pague eso, ja ja ja (como no tengo abuelas me piropeo a mí misma).
    Eso sí, con tanto paseo, paseo a trote porque si el colega canino no camina despacio, la que escribe debe  pensar que está compitiendo en marcha,  he bajado unos kilitos que me sobraban y estoy consiguiendo un bronceado de paseador de perro.
  ¿No conoces el bronceado perruno? Pues, digamos que es una versión del moreno albañil. Cuando me quito mis súper mega fashion shorts y la camiseta hay un contraste de color, que a ver como lo hago si piso la playa este verano, porque voy a estar divina de la muerte en bikini.¡A dos colores!
   Bueno, regresando al tema. El domingo el colega canino se puso malo del estómago y no pudo resistirse las ganas de hacer caquitas en casa. Extrañamente el olor no me llegó. Quizás porque eran las doce de la noche, tenía un sueño que me moría y el piojo apenas acababa de dormirse. 
  Acababa de dejar al piojo en su cama y ,como siempre, andaba descalza y a oscuras entré en la cocina en busca de un refrescante vaso de agua. De pronto resbalo y logro agarrarme al poyo de la cocina para no caer mientras soltaba un aaaaaaah. Casi no termino en el suelo pero logré mantenerme en pie, eso sí, sin saber qué pasaba.
   Entonces el papá del piojo entró en la cocina encendiendo la luz y así descubro que me encontraba de pie encima de una enorme plasta de .........Puaaaaaafffff.....asqueroso, sencillamente, asqueroso.
    Intento tomármelo a broma y pensar en la suerte que supuestamente da el pisarla....
   Noooooo, ahí no queda mi historia y mi suerte. 
     Durante toda la semana el colega canino ha estado mal del estómago así que al bajar, además de sus bolsas, llevaba esos folletos de propaganda que inundan nuestros buzones para tener más fácil la recogida de ....ya saben que.
      El domingo, ya estaba bien, pero como mujer prevenida vale por dos, yo he seguido poniéndole los folletitos en el suelo nada más ver que iba a hacer sus....cositas. Nada más terminar recojo el folleto y nos encaminamos en busca de un contenedor de basura. 
     Situación domingo 9.30 de la mañana, un sol de justicia, ni un alma en la calle. El colega canino tiene ganas de jugar y empieza a saltar mordisqueando la correa. Yo tengo un calor que me muero, el sol me da en la cara, tengo sueño y le digo que se esté quieto. Pasa de mí,vuelvo a ordenarle ¡quieto! y de manera inconsciente moví la mano derecha para darle en el hocico, sin acordarme que llevaba regalito y entonces...
  Entonces con mi movimiento involuntario el envoltorio se abre las cacas salen volando yendo a parar a mi pierna izquierda y al brillante pelo del colega canino. Yo alucino pensando que la situación no podía ser real, que debía estar aún durmiendo y soñando pero no....era real, mi pierna estaba embadurnada en mierdaaaaaa y yo rebuscando pañuelos de papel en el bolso de paseo perruno.
    Uhmmmm....¿será verdad lo de la suerte? Yo debo de tenerla de cara así que voy a ir a por el cupón ese de los 20 millones que de esta me toca y ¡¡¡me jubilo!!!!!
    


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