Ibas trémulacon repique soñadorllorando, desfalleciendo.Murmurabas sílabas de fuegoentre suspiro y temblor.Ibas como destinada,a encontrar el relámpagoen ese crepúsculo frío, inclinada hacia el oleaje, como bruma, como ajena…
Tu, que traías un solnacido en otro universo.Tu, que copulabas con ángeles.Tu, que como jardín regadoen mayo, conocíasel caos sublime de palabras y poemas,ibas ahora sin pluma y sin aura,madrugando, con los ojosmuy abiertos y sin escalas posibles.Yo te vi,ibas como destinada hacia la crespa rompientehacia el sur de tu duelohacia tu más puro silencio: inclinada pequeña lívida presagiando
otros te intuyeron altiva,serena aparente sublime
como sea, naufragasteen la nostalgia y el designio.
Era la noche y tal vezese mar, como tu único dios,en ese instante, no antes, supo lo que es llorar. (para Alfonsina)