La ciudad ahora llamada Ica no siempre se llamó así, fue fundada como Villa de Valverde.
Corría el año 1580, hacían ya casi treinta años que esos forasteros de barbas grandes y armaduras metálicas "conquistaron" estas tierras, catorce hermosas lagunas de aguas verdes se dispersan desde el mar hasta la serranía, estas lagunas son las huellas del gigante castigo de Dios que salio del mar y caminó destruyendo todo a su paso.
En esta recién fundada Villa vivían muchas familias europeas; en una de las esquinas de la plaza mayor, frente a la Catedral de la Villa, en un solar muy grande y bonito vivía la Familia Cabrera, una familia Española muy tradicional, Don Jorge Cabrera, su esposa Maria de Cabrera y el hijo de ambos, un joven alto, moreno, de largas barbas, Geronimo Cabrera; a dos cuadras de la plaza mayor en la calle del tamarindo, que así se llaman por que al fondo de la calle, se alzaba un gran árbol de tamarindo, vivía un médico italiano, muy simpático y asediado por las jovencitas de la comarca, se llamaba Enzo Panizo; Enzo era soltero y a pesar que mas de una quería hacerse su esposa, el tenia su amor entregado a Geronimo, tenían una relación clandestina desde hace mas de un año y vivían su romance en una laguna alejada de la comarca.
Enzo y Geronimo vivían su amor a orillas de ese enigmático oasis, entre palmeras y huarangos, cada tarde partían caminando descalzos, salían de la ciudad y se internaban en la inmensa sábana de arena, cuando estaban ya bastante alejados de la villa se tomaban de la mano y caminaban juntos mientas sus corazones palpitaban al son de los tambores de Saraja bajo el sol sangrante a punto de ocultarse, el viento levantaba la fina arena y la arrojaba contra sus alegres rostros, cuando llegaban a la laguna se tumbaban en la orilla sobre la húmeda arena, se despojaban de sus finas ropas y hacían el amor como si fuera la ultima vez, se quedaban luego hechados desnudos mirando el cielo mientras oscurecía lentamente, Enzo aferraba su cabeza al peludo pecho de Geronimo, este lo acariciaba tiernamente y lo besaba en la frente, después de juntar sus cuerpos se ponían la ropa y nuevamente volvían a la Villa.
Una Dama Italiana descubrió que las aguas de la laguna por su contenido de arsernico, azufre y otros compuestos, teñía el pelo de las mujeres de color dorado, después de darse varios baños en esa laguna sus cabellos cambiaron de color, decidió entonces montar un singular negocio, tres veces por semana ( Lunes, Miércoles y Viernes), recogía las aguas de la laguna en grandes alforjas y las llevaba a la Villa montabas en dos mulas, vendía el agua casa por casa a las morenas damas que deseaban cambiar el color de sus cabellos a rubio brillante. Cuando Enzo y Geronimo tomaron cuenta de esto decidieron solo verse los domingos en la misma laguna, puede debían evitar a toda costa que alguien los vea, que si así fuese el inquisidor Aquiles Castro los torturaría y mataría salvajemente,
Dos monjitas de la orden de las Sangronesas, muy picaras y pillas, Sor Ruda y Sor Raimunda, se enteraron del negocio de la Dama Italiana, fue así que un domingo al atardecer montaron sus alforjas en una burra y fueron por el liquido milagroso que convertía en rubias a las morenas; Cuando llegaron vieron a lo lejos a dos hombres desnudos teniendo sexo, se persignaron y cayeron arrodilladas mientras repetían una oración, al instante se montaron sobre la burra y fueron a dar aviso al Inquisidor . . .
Imagen: http://www.adonde.com/turismo/ica.htm