Revista Literatura

CONCURSO DE RELATOS XXXII Ed. CUENTOS MACABROS de EDGAR ALLAN POE

Publicado el 04 junio 2022 por David Rubio Sánchez
CONCURSO DE RELATOS XXXII Ed. CUENTOS MACABROS de EDGAR ALLAN POE
Elizabeth Arnold logró terminar la función de teatro pese a las contracciones. Edgar, su marido y también actor, a duras penas logró llevarla hasta el carromato donde se encontraba su primer hijo. Era la noche del 19 de enero de 1809 y, en el cielo de Boston, una radiante luna llena esperaba el primer llanto del recién nacido. Un varón que sería bautizado con el nombre de su padre: Edgar Poe.   Mas no muy lejos de ese lugar también rondaba la Muerte. La inoportuna e impertinente dama oscura sabía que nadie llegaría a escribir sobre ella como lo haría ese niño. Quizá por ello quiso estar siempre a su lado, arrebatándole aquello que más amaba.     Su primera visita no se haría esperar demasiado.

CONCURSO DE RELATOS XXXIII Ed. CUENTOS MACABROS de EDGAR ALLAN POE

Poe podría haber sido el personaje de una novela. Una en la que un huérfano superara todas las dificultades hasta alcanzar su sueño de ganarse la vida escribiendo poesía, que habría fundado una revista literaria que revolucionara la cultura en Occidente y, quien sabe, hasta hubiera tenido descendencia con su amada esposa. Esa sería la novela que un escritor luminoso habría escrito.    Pero, lamentablemente, la vida de Poe pareció ser escrita por alguien de inteligencia tan asombrosa como altanera, por alguien acostumbrado al tormento. Por un escritor que hubiera caminado sobre las brasas del Infierno. Por alguien como el propio Poe.
Damas y caballeros, bienvenidos a la última edición del concurso en esta temporada. Una edición dedicada nada menos que al maestro de maestros en Narrativa Breve. Al final aparecen las bases de la convocatoria pero antes os invito a conocer un poquito sobre su vida y obra del gran Edgar Allan Poe.

El último descendiente de una raza imaginativa y excitable

Con tan solo unos meses de vida, murió su padre. Al año fallecería su madre, justo después del nacimiento de la hermana pequeña de Edgar, Rosalie. En ambos casos la Dama se sirvió de la tuberculosis para arrebatárselos a Poe.    Durante un breve tiempo, Edgar y sus hermanos, William y Rosalie, vivieron con sus abuelas en Baltimore hasta que unas admiradoras de su madre se ofrecieron a cuidar de los más pequeños. La niña se fue a vivir con los Mackenzie. Edgar sería acogido por los Allan, un matrimonio adinerado y sin hijos de Richmond, en el sureño estado de Virginia.    Con un retrato de su madre y un dibujo del puerto de Boston como únicos recuerdos de su pasado, el pequeño Edgar, con tres años, se trasladó a la lujosa mansión del matrimonio formado por John y Frances Allan. Su relación con ambos fue como el día y la noche. El señor Allan aceptó acogerlo y darle su apellido, pero nunca quiso adoptarlo. Para él, el niño no era más que una especie de regalo para su esposa, que era estéril. Para Frances, era el hijo que ya estaba resignada a no tener. Lo colmó de cariño y, por qué no, de caprichos. Tantos que podríamos decir que llegó a malcriarlo y convertirlo en un niño mimado.    Pero, ¿cómo no quererlo?   Edgar era un niño de mirada triste pero hermoso, inteligente, imaginativo y avispado que con cuatro años sabía leer y recitar poesía para regocijo de su nueva madre y las amigas que acudían a su casa a tomar el té. Ello fortaleció la vocación literaria del pequeño que desde siempre ansiaba sentirse valorado y reconocido. Además, contó con la suerte de que John Allan, entre sus muchos negocios comerciales, representara revistas británicas para su venta en Estados Unidos, revistas que el pequeño Edgar devoraba. Magazines trimestrales escoceses e ingleses que le acercaron el universo extraño y hermoso de Lord Byron, Walter Scott y demás autores que alumbraban su mente con mansiones góticas, fantasmas y niebla.    Ese mundo tan distinto al que conocía lo cautivó y sedujo su imaginación. Y, además, muy pronto tuvo la ocasión de verlo con sus propios ojos puesto que con seis años su familia marchó a Gran Bretaña por los negocios de su padre. Aquella época daría forma a la iconografía que años después vestiría sus relatos. La niebla, los bosques frondosos, la oscuridad y decoración recargada de las mansiones isabelinas. Los cementerios… Todo lo que había imaginado en sus lecturas se mostraba a sus ojos causándole un gran impacto emocional.    Tras cinco años regresaría a Estados Unidos. Jamás volvió a pisar suelo inglés, pero fue necesario. Sus ojos habían grabado todo en su mente, a la espera de servir de escenario para sus personajes.

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Wiliam Wilson (1839) es para muchos un relato autobiográfico


El genio entre los campos de algodón

Sus tendencias histriónicas de la madurez coinciden con las de tantos otros genios cuyos padres fueron médicos o fabricantes de tejas. Julio Cortázar
Esta frase de Cortázar resume a la perfección lo que serían los años de juventud de Poe. De hecho, toda su vida. Y es que la mente de Poe era una tormenta de emociones, sentimientos, imaginación y, por qué no, complejos. No tardó en darse cuenta de que era más inteligente y brillante que cualquiera de quienes le rodeaban, pero también de que su vida era prestada, que vivía en esa familia por caridad. Algo que chocaba de pleno con su carácter orgulloso y caprichoso.
    Ese carácter lo llevó a convertirse en un adolescente rebelde e insufrible, para qué vamos a decir otra cosa. Continuamente intentaba con sus actos demostrar su valía, ello le convirtió en un atleta muy cualificado que llegaba a plantearse retos como nadar varias millas en solitario o a no rehusar ninguna pelea solo para mostrar que era más fuerte. Incluso le llevó a encapricharse de la madre de uno de sus compañeros de instituto, a quien le dedicó un poema para conquistarla. Tiempo después se enamoraría de una joven, Sarah Elmira Royster, a quien se planteó pedir matrimonio con apenas dieciséis años. La relación fue inmediatamente abortada por los padres de la muchacha.
    Ello aumentó la actitud rebelde que, por supuesto, tampoco admitía las órdenes o llamadas de atención de John Allan, para quien el joven empezaba a ser algo más que una molestia. Fue por ello que lo mandó a la Universidad de Virginia con la esperanza de que allí se convirtiera en un caballero como Dios manda.
    Todo lo contrario.
    Poe se matriculó en Letras clásicas y, por supuesto, destacó como estudiante, algo de lo que además le gustaba alardear. En la Universidad no solo bebió conocimientos académicos en campos como la Lengua, Astronomía, Matemáticas o Literatura. En ese entorno juvenil, el alcohol y el juego campaban a sus anchas y Poe se enganchó a ambos. Bebía para animarse a jugar y bebía para consolarse del dinero que perdía jugando. Llegó a acumular tanta deuda que cada semana escribía a John Allan pidiéndole que le aumentara la asignación con la excusa del precio de los libros o simplemente por comparación al dinero que el resto de sus compañeros recibían de sus padres.
    Ni un año tardó John Allan en sacarlo de allí y darle un trabajo en uno de sus campos de cultivo. Algo en lo que por supuesto tampoco duró demasiado.
CONCURSO DE RELATOS XXXII Ed. CUENTOS MACABROS de EDGAR ALLAN POE

El filósofo de la composición

Razones al margen de mi voluntad me han impedido en todo momento esforzarme seriamente por algo que, en circunstancias más felices, hubiera sido mi terreno predilectoEdgar A. Poe
Esta cita aparece en su ensayo, de obligada lectura para los relatistas, Filosofía de la Composición. Un tratado de cómo escribir un relato breve. Que se incluya en el mismo nos hace ver hasta qué punto sentía la poesía por encima de la prosa.
    Pero Poe se dio cuenta pronto de que, si quería vivir o, siendo más exactos, sobrevivir de la literatura, su obra debía enfocarse al género breve, más demandado por revistas y periódicos. Tampoco ayudó que sus primeras obras poéticas tuvieran una mala acogida por los críticos y aún peor por el público.
    En 1827, Poe inició una nueva etapa en su vida. Contaba con 18 años y para su padre adoptivo ya era un caso perdido. Tras su paso por la universidad decidió enrolarlo en el ejército siendo Fort Independence (Boston) su primer destino. Allí, entre las armas, reunió una selección de poemas en un libro de cuarenta páginas titulado Tamerlán y otros poemas. La primera y única edición constó de cincuenta ejemplares que por supuesto no se agotaron.
    La vida militar desde luego no le satisfacía, pero le daba más rédito que la Literatura. De soldado raso ascendió a artificiero y de ahí a sargento. ¿Os imagináis las mismas manos que escribieron El cuervo preparando proyectiles? Su relación con su padre tampoco prosperó. Fue tal la inquina del señor Allan por su acogido que cuando en 1829 falleció Frances, la madre que tanto amaba Poe, ni siquiera permitió que asistiera al entierro. Solo le concedió el poder visitar su tumba un día después.
    En esta etapa, Poe publicó dos obras poéticas: Al Aaraaf, Tamerlane and Minor Poems (1829) y Poemas (1931) esta última gracias a sus compañeros de West Point que hicieron una recolecta, a modo de regalo de despedida, cuando fue expulsado del ejército por su mal comportamiento.
    A su casa no podía volver tras la muerte de Frances.
    ¿A dónde podría ir?

El mensaje en una botella


Mis enemigos atribuyeron la locura a la bebida, en vez de atribuir la bebida a la locura.Edgar A. Poe
En agosto de 1831 la Oscura Dama se llevó al hermano mayor de Poe. Parece ser que el alcohol tuvo mucho que ver y quizá esa muerte le hizo ver a Poe su propio futuro. Ello de alguna manera lo centró, al menos todo lo centrado que alguien como Poe podía ser.
    Se instaló en Baltimore con su tía y su prima Virginia Clemm, que lo dejó prendado pese a contar en ese momento con solo diez años. Vivían en una situación precaria, en condiciones de tal pobreza que la comida no era algo que cada día pudiera servirse en esa casa. Poe podría haberse dedicado a cualquier trabajo, pero él quería ser escritor y, además, ganarse así la vida. ¿Cómo compaginar sueños y realidad?
    En la habitación que compartió con su hermano, Poe se encerraría con su imaginación y se obligó a ser productivo. Ahí nacieron sus primeros relatos, y en 1832 consigue publicar cinco en el periódico Saturday Courier, de Filadelfia. Entre ellos se incluye su primer relato de terror gótico, Metzengerstein. Ello debió haberle alegrado, pero el poco dinero que le reportó esa publicación le hizo ver cuán difícil sería vivir de la Literatura. Se estaba ahogando en la miseria, al punto de tener que tragarse su orgullo y pedir dinero a John Allan «En nombre de Dios, ten piedad de mí y sálvame de la destrucción», le pediría en una carta que jamás recibió respuesta.
    Poe era un náufrago a la deriva. Solo contaba con su pluma, papel y las botellas vacías de alcohol. Quizá esa visión le hizo imaginar el relato que, al fin, lograría darle un respiro económico y que su nombre comenzara a ser conocido en el mundillo literario. En esa ocasión la botella que incluía el mensaje de un náufrago llegó a buen puerto.
    En 1833 logró vender Manuscrito hallado en una botella al periódico Saturday Visiter por una suma considerable en esa época: 50 dólares. Pero además le otorgó reconocimiento y, lo más importante en su situación, la oportunidad de ser conocido por John P. Kennedy, un apasionado de la literatura, además de un prospero hombre de negocios que se convirtió en su mecenas y lograría que la firma de Poe fuera reclamada por distintos periódicos.
    La nueva situación le animaría a dar el paso de pedir matrimonio a su prima Virginia. Él contaba con veintiséis años, ella justo la mitad, trece. ¡Cómo es posible! Vale, hoy nos puede parecer un hecho denunciable, pero recordemos que la moral es algo cambiante y lo que en una época parece una monstruosidad, en otras era algo tolerable, aunque es cierto que incluso entonces la diferencia era grande, de hecho, se llegó a falsificar la edad real de Virginia.    Antes de juzgar o condenar debemos conocer un poco más. De Poe hemos hablado de su inteligencia y de su orgullo; de sus virtudes y de sus vicios. Pero entre estos no estaba el ser mujeriego. Su relación con las mujeres nunca fue sexual, más que una amante, Poe buscaba una madre, una hermana o una amiga. Algunos biógrafos apuntan que tenía problemas en la cama o que directamente era impotente, siendo esa la razón de que tomara matrimonio con una niña que no le exigiría nada en ese aspecto. Es más, Virginia pese a su corta edad, sería más madre y hermana que amante.
    Con su matrimonio, Poe logró encontrar en su corta vida lo más parecido a la felicidad. Sus críticas literarias y ensayos eran oro para los periódicos e incluso llegó a trabajar como editor de algunos y lograr una estabilidad que le permitió escribir relatos como Berenice (1835), Ligeia (1838), La caída de la casa Usher (1839), William Wilson (1839), Los crímenes de la calle Morgue (1841). Relatos que recopiló en una antología titulada Cuentos de lo grotesco y lo arabesco. También llegó a publicar su única novela Las aventuras de Arthur Gordon Pym (1838).
    Incluso, llegó a plantearse fundar su propio diario. Alguien como Poe no llevaba demasiado bien ser empleado de nadie y acatar sus reglas. Él era, y se tenía por serlo, más brillante que sus jefes, una actitud que le provocó numerosos conflictos. Así, en 1840 anunció en The Saturday Evening Post lo siguiente: «Información acerca del Penn Magazine, publicación literaria mensual que se editará próximamente en Filadelfia a cargo de Edgar A. Poe».
    Desde luego que la riqueza nunca llamó a su puerta. Pero al menos en esta época logró vivir dignamente. Junto a su esposa y su suegra se mudó a una casa en las afueras de Baltimore. La primera vivienda habitable desde su infancia, pese a que ello le hiciera caminar varios kilómetros diarios para llegar a las redacciones de los periódicos.
    Demasiada felicidad para alguien como Poe.
    La Dama Oscura hacía tiempo que no se presentaba ante él.
    Y lo echaba de menos.
    Bueno, antes de seguir ¿os apetece disfrutar de un relato de Poe? No os perdáis esta impresionante dramatización que nuestro compañero Ramón Márquez realizó del relato La Máscara de la Muerte Roja. Clicad sobre la pantalla para ver el vídeo en YouTube.


La Muerte es de color rojo

Enero de 1842. Virginia acompañaba con las notas de su arpa la reunión de amigos que esa tarde había organizado Poe. Tomaban el té, charlaban y reían hasta que se produjo un silencio abrupto. De repente, el arpa dejó de tocar y de la boca de Virginia comenzó a salir sangre en lugar de su melodiosa voz. Al verlo, Poe reconoció de inmediato la causa de ello. La misma herramienta de la que se sirvió la Dama Oscura para arrebatarle a sus padres, a su hermano y a Frances: la tuberculosis.
    Virginia se recuperó tras esa primera manifestación de la enfermedad, pero Poe supo lo que eso iba a significar más pronto que tarde. La enfermedad de su amada le haría recaer en la ansiedad, la melancolía y el abatimiento. Y cuando Poe sentía eso solo el alcohol le daba un poco de consuelo. Bueno, y también otras drogas como el láudano.
    Ello repercutió en su propia salud, por supuesto. Empezó a mostrarse impuntual y poco responsable en su trabajo lo que motivó que fuera despedido con asiduidad. Su proyecto de fundar un periódico cayó en el olvido. Sus relatos, ya de por sí macabros, adquirirían tintes fúnebres. Ese mismo año publicaría La máscara de la Muerte Roja, en la que una plaga arruinaba el reino del príncipe Próspero. “La sangre era su encarnación y su sello: el rojo y el horror de la sangre”, esta frase aparece en el comienzo del relato y creo que ya hemos visto qué la inspiró. En ese mismo año saldría El pozo y el péndulo y El retrato oval.
    Desde aquella tarde, solo un encuentro aliviaría un tanto a Poe. Fue en marzo, cuando conocería en persona a Charles Dickens que había iniciado una turné por Estados Unidos a fin de promocionar su obra. Dos genios con vidas paralelas que congeniaron de inmediato en temas como la edición, los derechos de autor y la literatura, además de entablar una amistad sincera, tanto como su mutua admiración.
    De nuevo sin trabajo estable, Poe y su familia debieron abandonar su casa y trasladarse a Nueva York donde el escritor pensaba que lograría encontrar los contactos necesarios para publicar sus obras de una manera más continuada. Sin embargo, su actitud provocadora y quizá resentida le llevó a enfrentarse con varios escritores a los que les molestaban las ordinariamente malas críticas literarias que Poe lograba vender a los periódicos.
    En estos años escribiría El corazón delator y El gato negro (1843), La carta robada (1844) y El entierro prematuro (1844). Relatos que le sirvieron para sobrevivir. Y cuando decimos sobrevivir hablamos de una situación en la que su suegra llegó a robar en huertos ajenos para poder alimentarse.
    De todo ello era testigo un cuervo negro que olía la cercanía de su presa.
CONCURSO DE RELATOS XXXII Ed. CUENTOS MACABROS de EDGAR ALLAN POE

La sombra bajo la capa militar

Los ángeles, infelices en el cielo ulterior,nos envidiaban a ella y a mí,y fue por eso (como saben todosen el reino junto al mar turquí)que de esa nube nocturna un viento soplóhasta helar a mi Annabel Lee.Edgar A. Poe, Annabel Lee (1849)
Era la noche del 30 de enero de 1847, el frío atravesaba las rendijas de las ventanas y Poe cubría a su amada Virginia, que yacía en la cama, con su vieja capa de cadete a fin de lograrle un poco de calor. A la luz de una rácana vela, permanecía impotente, escuchando la ahogada respiración de su esposa que, poco a poco, se iba apagando. Puede que en algún momento albergara la esperanza de que por una vez la Invitada Impertinente no le prestara atención    Pero la Muerte nunca se olvidaba de Poe.    Al día siguiente, en el cortejo fúnebre, deambulaba envuelto en aquella vieja capa militar que a partir de ese momento se convertiría en su atuendo habitual. Su mirada perdida tal vez logró encontrar algún cuervo sobre las ramas de algún árbol y este, quién sabe, pudiera inspirarle los primeros versos de Annabel Lee. Con Virginia se marchó lo único que anclaba a Poe en nuestra realidad, la única luz entre las tinieblas que lo envolvían. Sin ella, solo le quedaba el alcohol y los versos de sus últimos poemas.    Tras un intento de suicidio intentó resucitar con otras mujeres que le ofrecieran compañía u ocuparan el puesto de madre y hermana que había dejado vacante Virginia. Como si su vida de relato cerrara una estructura circular, Sarah Elmira Royster, el primer amor de su juventud regresó a su vida e incluso llegaron a fijar una fecha para la boda: 17 de octubre de 1849.    Sin embargo, la Oscura Dama decidió que ya había llegado el momento de hacerlo suyo para la eternidad.    El 3 de octubre de 1849, Poe fue encontrado en un parque de Baltimore, vestido con harapos que no eran los suyos, ido, delirante, con evidentes síntomas de embriaguez. Un amigo lo acompañaría en sus últimos momentos ya en el Hospital Universitario de Washington. Poe no supo explicarle qué le había pasado ni por qué llevaba aquellas ropas. Cuatro días después, a las cinco de la madrugada comenzó a llamar de manera delirante a un tal Reynolds.    Antes de su último aliento logró articular la última frase de su relato: «¡Que Dios ayude a mi pobre alma!».
Una vida triste que nos dejo una obra incomparable que podéis disfrutar haciendo clic en la siguiente imagen que os lleva a un PDF con todos sus relatos.

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Clica en la imagen para leer todos sus cuentos



CONCURSO DE RELATOS

Desde luego esta edición es especial. No solo por ser la última de la temporada sino que, por primera vez, no homenajeamos una novela sino el conjunto de la obra de Narrativa Breve de un autor. En el enlace de la imagen podéis acceder a todos sus relatos, aunque seguro ya habréis leído la mayoría. En esta edición se pide un relato de terror gótico en el que aparezca un personaje, objeto o lugar de alguno sus relatos. Por ejemplo, una botella con un mensaje, un cuervo, un gato negro, la casa Usher, Berenice, un corazón latiente, un pozo, un barril... La extensión no podrá superar las 900 palabras. En la entrada en la que publiquéis el relato deberéis mencionar el elemento y el relato de Poe en el que salga.
    Como ya sabéis existen dos modalidades:
  • La modalidad concurso: el plazo es del 4 al 18 de junio, y una vez finalizado deberéis enviar las correspondientes votaciones de acuerdo con las bases que aparecen más abajo.
  • La modalidad fuera de concurso: el plazo es del 19 al 29 de junio, y solo se trata de compartir vuestro relato con el resto de compañeros para su deleite y disfrute.
    Por supuesto, también podéis participar con alguna reseña del autor o de alguno de sus relatos de terror gótico, los que más os hayan gustado. Podréis hacerlo a lo largo de todo el mes de junio.

BASES DE PARTICIPACIÓN CONCURSO DE RELATOS: 

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Si queréis, podéis acompañar vuestro relato con esta imagen


Tema: Un relato de terror gótico que incluya un personaje, objeto o lugar de alguno de los relatos de Edgar Allan Poe. Deberéis mencionarlo expresamente en vuestra publicación
Extensión: Máximo 900 palabras.
Plazo: Del 4 al 18 de junio de 2022.
Participación: Abierta a todo el mundo, salvo los tres autores ganadores de la anterior edición. Eso sí, deberéis contar con un blog donde publicarlo y añadir el enlace en los comentarios de esta entrada.
Votación: Los autores participantes deberán votar siete relatos otorgando siete puntos al que más os guste; seis, al segundo; y así sucesivamente. Se enviarán por correo electrónico a [email protected] del 19 al 29 de junio. No enviar los votos supondrá la descalificación del relato.
Premios: El 3 de julio de 2022 se celebrará la Gala de Premios anunciando los ganadores. Los tres primeros relatos recibirán un diploma digital acreditativo del mismo. 
    Todos los relatos participantes se incluirán en el ebook digital ESCRIBIENDO A HOMBROS DE GIGANTES
    Más información AQUÍ.

RELATOS EN CONCURSO (Convocatoria abierta del 4 al 18 de junio)

1. ...

RELATOS FUERA DE CONCURSO (Del 19 al 29 de junio)

1...

OTRAS PARTICIPACIONES (Durante todo el mes de junio)

1....¡Saludos tinteros!

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