Revista Talentos

Condecorando a un ZP

Publicado el 28 febrero 2015 por Perropuka

Condecorando a un ZP

Foto: EFE


Andaba yo hualaychandopor la tele, ayer por la tarde, cuando de pronto apareció en pantalla un viejo conocido de la política española. ¡Coñooo!, que es el simpatiquísimo Zapatero, me dije, amigo de todos y enemigo de nadie. Andaba el buen hombre un poco más en mi patio, a una treintena de kilómetros para ser precisos. Ni durante los dos años que padecí a diario sus zetas discursivas cuando él era inquilino del Palacio de La Moncloa de Madriz, en mi aventura por tierras españolas, lo había tenido tan cerca. Prácticamente cadáver político en sus pagos, ¡zas cholita!, apareció como caído del cielo por estos lares, convertido sobre el pucho en otro valluno de cepa, instaurándole el chaleco y sombrero típicos de rigor, a diferencia del poncho que es más para estrellas de la farándula tipo Messi o Jude Law. 
Lo habían traído en plan gira de artista venido a menos o él se quiso dar una vuelta latinoamericana para huir de su melancolía, quizá aburrido de refugiarse en el palacete marroquí de su mentor Felipe González. Porque a ZP no lo quieren cerca ni los guiris de un sitio guay como Marina d’Or. Sorprende el sigilo con que llegó, habida cuenta de que al régimen evista le  gusta fanfarronear cada vez que algún amigo internacional ha de llegar. Solo por traerse a Jude Law, anunciando que “una estrella de Hollywood llegaría para promocionar el Carnaval de Oruro”, programaron un ciclo con sus intragables películas (salvo la del francotirador soviético) semanas antes de su arribo. Cuando el susodicho llegó se lo vio como tahitiano en el Ártico, aguantando el talante al lado de Evo Morales en el palco oficial, y no atinó ni a sacar el spray de la espuma para celebrar el carnaval. Le habrán pagado una gruesa suma por el viajecito y por probarse el poncho. Zapatero habrá venido gratis, más por cambiar de aires.
Como hicieron con el ocioso de Ban Ki-moon, a ZP lo llevaron de invitado especial a la inauguración de un enésimo coliseo, acompañado de su excanciller Moratinos. La tierra del durazno los recibió cálidamente entre aplausos, guirnaldas y cholitas en flor que obsequiaban canastillos de fruta madura lista para khachirla. Como que probaron los melocotones más pintados y caros de Bolivia con cara de sorprendidos, como si nunca hubieran estado en una huerta valenciana. Entretanto tuvieron que soportar el discurso agotador del desaparecido gobernador Novillo que para estas lides siempre saca a relucir su voz de castrati tipo Correa, arrebatado por su amor y agradecimiento infinito al jefazo. T’acllarina kachun, compañeros y compañeras, rogó encarecidamente el gris funcionario y una salva de aplausos recorrió la caverna de cemento. ZP y Moratinos parecían dos personajes cervantinos descolocados en medio del jolgorio. 
Todavía azorado y cariacontecido  con tanto ruido propagandístico, ZP fue invitado a la palestra. Años que no oía sus zaparrastrosas zetas me hicieron aguzar los oídos. Visiblemente cansado abrevió el discurso dando una lección de sobriedad y contención. En lo calmado de su intervención, sin embargo, le traicionó su vena demagógica al afirmar que se había hecho muy amigo de Evo, en el primer viaje de éste por suelo europeo, por “la mirada clara, limpia” que irradiaba el nuevo apóstol de los pobres. A lo que Evo, le correspondió con otra zalamera muestra de afecto contando que se había quedado prendado de ZP al coincidir en un trote que ambos efectuaban en Central Park en ocasión de una cumbre de la ONU. Desde entonces sellaron un pacto de amistad que ni hermanos de sangre. La internacional socialista es así de fraternal. Y Zapatero su presidente como premio consuelo.
Previamente, a las pocas horas de su arribo a suelo boliviano, ZP fue condecorado con el Cóndor de los Andes en palacio de gobierno, otrora el reconocimiento más insigne para invaluables servicios a la nación. Hoy penosamente utilizado para homenajear a folclóricos de quinta categoría dizque por representar a Bolivia, o a políticos ineptos como ZP que hundieron a su país con políticas irresponsables y desatinadas. Gran mérito declararse amigo de Bolivia y aporte mayúsculo el haber puesto la firma para “ayudar a despenalizar el masticado de la coca” a nivel internacional.  De veras que me agradaba el hombre, confieso. Pero hay que ser muy zopenco para hacerse amigo de la estulticia. 
Duraznero, duraznero/ cargadito de durazno/ de duraznos encendidos…, canten conmigo con acento ZP (si alguien conoce otra canción con más zetas, nomás avíseme).

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