Lo han vuelto a hacer. Nuestro gobierno ha vuelto a legislar aprovechándose de su mayoría absoluta, ellos solos, sin buscar el consenso con el resto de partidos, sin aceptar las opiniones de los expertos. Les da igual. La reforma del Código Penal ha sido cuestionada por todos los juristas que han comparecido en el Congreso, pero que sabrán ellos de leyes. Ahora pasará al Senado, puro trámite, me pregunto si se la llegarán a leer.
A la cadena perpetua le han llamado “prisión permanente revisable”, con unos plazos de revisión excesivamente largos (de 25 y 35 años) y una gran indeterminación en las condiciones exigidas para extinguir la condena que pueden convertirla en internamiento de por vida. Dicen que responde a un clamor popular, supongo que ese que también pide la pena de muerte cada vez que hay un terrible caso de asesinato explotado por los medios de comunicación hasta la saciedad. Atrás quedó la reinserción como finalidad de nuestro sistema penitenciario.
Es curioso que nuestro país tenga una de las más altas poblaciones penitenciarias de Europa al mismo tiempo que es uno de los países con la tasa de criminalidad más baja. Nuestros presos duplican y triplican la estancia media en prisión de Francia y Alemania, y con esta reforma, el sistema penitenciario puede quedar desbordado, no solo porque las penas van a ser más largas, sino porque han desaparecido faltas que se saldaban con sanciones para convertirlas en delitos.
Persiguen una criminalización por participar en manifestaciones que me parece muy grave y que solo va a conseguir aumentar la conflictividad en este tipo de protestas ya que en el delito de desórdenes o atentado a la autoridad ya no será preciso acreditar daño, por lo que solo porque una persona se resista a la policía puede ser detenida y condenada, creando una espiral de violencia que me temo va a ser difícil de contener.
Pero esto ya lo habían contemplado con la Ley Mordaza. Ya sabíamos que al Gobierno no le gustan las críticas, ni las movilizaciones y protestas, sobre todo si son contra ellos así que nada como aprobar una ley que se lo ponga difícil a todos esos movimientos sociales que ellos piensan nacieron para hacerles la vida imposible.
Nada de acampar en un espacio público, ni celebrar manifestaciones en torno al Congreso de los Diputados, Senado o cualquier Parlamento Autonómico (este temor a una supuesta revolución espontánea donde se tome el Parlamento y se les corte la cabeza me parece hasta infantil), tampoco se pueden hacer concentraciones o protestas en lugares de tránsito público (que al final habrá que manifestarse por video conferencia desde el salón de casa o en los polígonos, para no causar molestias), ni grabar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, aunque estén actuando con violencia desmedida. También hay que tener cuidado con las expresiones que se utilicen no vayan a suponer una ofensa a la autoridad competente y por supuesto nada de obstaculizar la labor de funcionarios públicos al impedir un desahucio, y de los escarches ya ni hablamos.
Me pregunto que fue de esto:
Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa.
En los casos de reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones se dará comunicación previa a la autoridad, que sólo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para personas o bienes.
Constitución Española. Título I. De los derechos y deberes fundamentales. Capítulo segundo. Derechos y libertades. Sección 1ª. De los derechos fundamentales y de las libertades públicas. Artículo 21.