Revista Diario

Conejas.

Publicado el 08 febrero 2015 por Rizosa
Hace tiempo que quería escribir sobre esto. Ya he leído algunos post de mis amigas y colegas blogeras dando su opinión sobre el tema, porque si para algo bueno nos sirve la blogsfera es para sentirte menos sola en tus miserias vitales.
Yo no quiero tener hijos. Y de querer tenerlos no se yo si podría, pero ese es un tema aparte. La cuestión es que nunca, jamás, he sentido un mínimo de instinto maternal o del "click" ese que os da a algunas y que os hace tener ganas de cambiar pañales: yo siento mucho más instinto maternal con los perritos.
No es que no me gusten los niños, a ver. Trabajo con niños. Tengo un primo al que adoro. Se me dan bien los niños y cada vez que voy a una reunión donde hay personitas de menos de 15 años, siempre acabo siendo rodeada para organizar juegos varios. 
Pero no quiero ser madre, por muchos motivos. Y aquí es donde llegáis vosotros y me llamáis egoísta, porque parece que la cosa funciona así. No me estáis descubriendo nada nuevo, sabéis. Sé que si tuviese un hijo estaría trayendo al mundo a alguien muy afortunado. Comprendo que privar a un ser humano de una buena vida puede que os parezca mal. Pero vaya, que no creo que la especie humana esté en decadencia ni nada para que el hecho de que yo tenga churumbeles sea de vital importancia para la supervivencia de nuestra especie; ya hay señoras que tienen hijos como churros y cubren ese cupo, creo. La madre de las Flos Mariae, por ejemplo.
También sé que será bonito cuidar a un bebé, verle crecer, que las satisfacciones que os da compensa con creces las noches sin dormir o los disgustos. Tengo amigas con hijos y son felices, y yo me alegro mucho por ellas. Además si encima después les salen tan inteligentes y hermosos como por ejemplo le salió la hija a mi madre, es para sentirse orgullosa. Pobre, mi madre, que siempre quiso ser abuela joven.
Pero en fin, que tener un bebé te cambia la vida y yo quiero hacer muchas cosas, quiero vivir mil aventuras, quiero viajar a mil lugares diferentes y aprender de otras culturas. Que lo mismo nunca me toca el euromillón y no podré salir de Málaga en mi vida, pero si algún día me toca, me gustaría poder invertir ese dinero en mi felicidad. En hacer lo que me dé la gana. En ir a Nueva York, a Bora Bora, en recorrerme Europa con el ovejo. Si tuviese un bebé, toda la pasta iría para pañales y zapatitos. Y lo siento, lo siento, lo siento, pero no quiero. Yo también quiero vivir y darme caprichos, que el dinero me cuesta mucho ganarlo. Ni siquiera tengo un perro llamado Nico porque sería una responsabilidad que no me compensa, así que imaginaos un bebé. 
Ah, y otro tema importante: la panda de niñatos kinkis con la que tendría que crecer mi hijo. Yo veo Hermano Mayor y se me quitan las ganas (más a aún) de traer un bebé al mundo, eh. De quedarme embarazada alguna vez, creo que criaría a mi corderito en mitad de la selva de Borneo, en cautividad, alejado de esa fauna horrible que inunda hoy en día los colegios, fruto de una educación de mierda que ya empieza -o deja de empezar- en casa.Además estoy segura de que si tuviese un hijo no sería una buena madre. Para ser buena madre tienes que querer ser madre. Creo que las frustraciones personales se reflejan a nuestro alrededor, y que de ser mamá no sería una mujer plena y feliz, andaría estresada todo el día y mi hijo sería el que pagaría el pato. No sé, me cuesta mucho ponerme en esa situación, pero no me veo rollo madre sufridora. Yo no soy una sufridora. No soy como esas madres de antes cuyo objetivo vital es sacar adelante una familia costase lo que costase, que luchaban a diario por hacer feliz a todo el mundo sin acordarse jamás de su propia felicidad. Que abandonaban sus sueños, su carrera, sus ilusiones, porque lo que tocaba era pensar en sus seres queridos. Yo las admiro, pero no soy esas mujeres. Y ojo, no quiero decir que para ser madre una mujer tenga que olvidar sus sueños e ilusiones. Simplemente digo que para ser madre YO, con mis circunstancias, tendría que hacerlo porque no serían compatibles.
Tengo casi 34 años y si ahora tuviese un bebé dudo mucho que me sintiese libre nunca más. Y por favor, no os sintáis ofendidos los que tenéis bebés. O sí, vaya, pero se os vería el plumero.Yo hablo en todo momento de mí, de lo que a mí me hace feliz. Si a vosotros lo de procrear os va bien, yo lo respeto. Respetadme a mí.
Alguna vez me han dicho que nunca me sentiré una mujer de verdad si no tengo hijos, y ya por ahí no paso. Me siento muy mujer cada mes, sabéis. Me siento tope mujer y al próximo que me diga esa soplapollez le suelto un tetazo. Porque mirad, podéis llamarme egoísta si queréis, que oye, es cuestión de punto de vista y en realidad me importa bien poco si soy egoísta por buscar mi felicidad.Pero basar la feminidad en el hecho de la procreación, como si las mujeres tan sólo fuéramos conejas y estuviéramos rotas si no nos pasamos media vida preñadas, me parece algo horrible y sin sentido. Creo que el sentido de mi vida es mucho más amplio, y mi legado no tiene por qué consistir tan sólo en pequeños retoños con rizos. Espero dejar algo más cuando estire la pata, la verdad.
Yo soy una mujer plena, feliz, adulta, y no quiero tener hijos. Y ahora, si te molesta, espera que apunto tu nombre y tus insultos en la lista de las cosas que me importan una mierda. Vete a tener hijos tú por mí para compensar, corre.

Conejas.

Siempre quise poner a las Flos en mi blog.



Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


Rizosa 899 veces
compartido
ver su blog

El autor no ha compartido todavía su cuenta El autor no ha compartido todavía su cuenta

Revistas