Sí, definitivamente tengo un problema de confianza. Pensaréis que soy la típica persona que no cree nada de lo que dicen los demás y, en cierta forma, es verdad dado que muchas de las cosas que se dicen o son mentira o esa persona está en tal nube que ha dejado de tener los pies en la tierra hace mucho tiempo atrás. En quién no confío es en la vida. ¿No os ha pasado nunca que en el momento más feliz de vuestras vidas, ese que no cambiarías por nada del mundo y que aunque se acabase el mundo te encantaría seguir permaneciendo en él y que, por alguna extraña razón absurda todo se va a la mierda dándote cuenta de que no vas a poder ser feliz de una vez por todas hasta que todo haya terminado? A mí me pasa a menudo y da asco, no lo soporto y me encantaría ser de esas personas que son felices siempre, que les sale todo redondo a pesar de ser unas hijas de puta de cojones, pero mira, yo he tenido que ser la inocente doncella a la que se le debe fastidiar cuánto más feliz está. Tengo esa extraña sensación desde hace unos meses, no sé si es un mal de ojo, un tipo de maldición o es que ésta soy yo y no nada invisible que corre detrás de mí para que me caiga de bruces al suelo.
Podréis pensar que es una tontería o quizá, una ilusión de mi mente pero es algo que frustra verdaderamente, dado que, tienes que estar siempre en guardia, pendiente de tu alrededor, con la vista de águila allá donde vas porque podría ocurrir algo que no te esperas, porque a la vuelta de la esquina podría estar la persona a la que llevas tanto tiempo evitando o, incluso, la misma muerte dejando atrás toda una vida de desesperación e intranquilidad, la cual, explica perfectamente la mía. Es algo que me persigue, algo que me ha hecho pensar en mi estado actual, en cómo han cambiado las cosas y cómo se transforman cada vez que pienso en ello. No subestimo al destino, intento no pensar demasiado en un futuro que todavía está por llegar, me centro en el presente desde hace algún tiempo, trato de mantenerme de pie como siempre he hecho y no perder la calma, quiero seguir con lo empezado pero sin mirar atrás.
Algunos diréis: "La vida es bella". No digo lo contrario, pero también es difícil, complicada, te suele hacer malas jugadas y a veces, parece que se jacta con ello. Me gustaría pensar de otra manera, dejar de estar temerosa de lo que pueda pasar, intentar pensar en un presente mejor que el anterior, pero el suspiro de lo malo lo siento por encima de mis hombros, como si me mirara fijamente, como si el horror tuviera que formar parte de mis días continuamente, como si fuera algo que debe ocurrir de forma constante y sin cesar ni un solo minuto. Quizá estoy exagerando o quizá no, quizá maltrato la vida o la imagen que tengo de ella, puede ser una ilusión o una posible tomada de pelo. Ni idea, pero siento decir que siempre ha ocurrido; siempre que levantas la cabeza después de darte de bruces contra el suelo, viene otro batacazo quizá mucho más fuerte que el primero, u otro impedimento mayor por el que no puedes seguir con lo que planeabas por x o y razón; cuando crees que vas avanzando hacia algo nuevo, allí están esos ojos oscuros puestos en ti para hacerte caer de nuevo o arrebatarte aquello que has empezado; e incluso, cuando existe algo bueno e interesante en tu vida, consigue que se aleje o que deje de estar cerca de ti, quizá con una enfermedad, una muerte... a saber qué y, obviamente no puedo decir que me guste.
Serán experiencias, pero no han abarcado mis expectativas ni siquiera un poco. No entiendo por qué los ricos, pijos, envidiosos, machistas, ladrones, mentirosos o trogloditas que hay por el mundo, en resumen, los hijos de puta típicos que te encuentras en cualquier lugar y que no tienen sentimiento alguno, tengan tantas oportunidades y que los demás que nos comportamos como verdaderos seres humanos y ayudamos a nuestro prójimo, no podamos tener todo lo que deseamos con tanta pasión o tanto apuro, no entiendo por qué no pueden salirnos las cosas redondas, por decirlo de alguna manera, después de todos los sacrificios tomados y las ganas de hacer cosas constantemente, incluso de hacer cosas buenas por el mundo, tengamos que pasarlo jodidamente mal de manera repetitiva. ¿Por qué no le toca a uno de ellos y siempre nos toca a nosotros? Incluso me parece raro hacer la diferencia entre unos y otros, me cuesta hacerla, pero es lo que a mí me parece.
Sé que no debo echar la culpa a nada de ésto, pero son impresiones que se contrastan en mi mente, a veces, preguntas que quizá no soy capaz de contestar y me siento insegura. Me da miedo el mirar hacia adelante y volver a caer en un posible huracán de oscuridad y tristeza, de abandono o soledad... quizá todo vuelva a lo que era, o quizá saboree otro disgusto al final del camino. Siempre he de creer en lo bueno, está claro, pero sigue siendo difícil ser quién quieres ser después de tantos baches en un camino que ya está enterrado con piedras más grandes que tu cabeza y que no puedes controlar. Y la muerte no es que sea nada del otro mundo como muchos cuentan, pero es algo imposible de no pensar, así que, siempre tienes un ojo detrás de la espalda, en cada esquina, en cada momento de tu vida, te sigue a todas partes... nadie puede evitar tener una fecha detrás de la oreja, ¿verdad? Ni siquiera me gusta hablar de ello, perturba mi mente con facilidad.
Mis problemas de confianza en cuanto a las relaciones, también se empezó a formar en el momento en que empecé a sentirme traicionada por todos los de mi alrededor, era una constante falta de ella, momentos en los que dejé de creer en lo que me decían, llegué a pensar que todo lo que me decían eran mentiras aunque fueran verdad, dejaron de importarme sus palabras y cada vez analizaba más aquello que decían para cerciorarme dos veces de que me comunicaban aquello que sentían realmente y no estaban inventando tonterías. Esa confianza se fue perdiendo cada vez más, hasta el punto en el que tan solo confío en ciertas personas contadas y, aunque intento cambiar ésto poco a poco, sigue superándome, dado que, no es algo a lo que acostumbrarse sin más después de un periodo de intolerancia, como bien se podría decir.
Dejé de confiar en el futuro cuando el pasado se torció, cuando las cosas empezaron a ser más diferentes de lo que había planeado, dejé de pensar en "el día de mañana" y empecé a pensar en el "ahora". Es complicado, dado que, siempre tenemos una fecha detrás de la oreja que nos dice cuando nos vamos a ir de éste mundo exactamente como vinimos, sin nada absolutamente; aunque es difícil lo intento, quiero ser quién soy día a día para no desperdiciar esos momentos que quiero tener y que terminan siendo míos, al menos, esas cosas son las que permanecen. No creo en la confianza ciega en la persecución de un objetivo, trato de pararme los pies para no ilusionarme más de lo debido, no sé si es un problema más de confianza, pero creo que he dejado de preocuparme de que todo salga como yo quiero porque, como he dicho antes, nunca sale como uno quiere por mucho que lo intente y, aunque es desagradable siempre pasa y no se puede evitar, a excepción de los hijos de puta que siempre tienen lo que quieren en sus vidas, como he dicho anteriormente.
En fin, como podéis comprobar, la falta de confianza forma parte de mi naturaleza como otras muchas cosas. Es algo que, al perderse, no te das cuenta pero que tiene un peso importante en la mayor parte de tu vida y en la de los que te rodean. Todos necesitamos de todos, pero cuando te traicionan una vez, cuando la vida hace que te caigas mil veces y sigue azotándote la espalda para hacerte daño, llega un punto en el que lo necesitas y quieras dejar atrás toda pizca de ella para no tener que decepcionarte o desanimarte en cualquiera de las cosas que pensabas. Tampoco es mi fuerte, no lo hago aposta, simplemente me sale de dentro así, siempre pensaré: "No me creo nada" o algo como: "Soy feliz, algo va a pasar", no puedo evitarlo. Tan solo quiero que deje de suceder, pero creo que ya es tarde para desearlo, tan solo hay que esperar a ver qué pasa... siempre ESPERAR.